Este Obras UDAP es cosa seria. Largó la Liga Argentina de Vóleibol armándose. Tratando de formar un equipo protagonista por los buenos jugadores con los que cuenta. Fue algo así como manos a la obra, como aclara el dicho popular. Y a medida que fue encontrando rodaje, su nivel creció. Trabajando siempre. Rotando con astucia. Hoy por hoy hasta se podría decir está punto caramelo. Sino pregúntele a Bolívar, un equipo que es protagonista en cuanto torneo se juegue, que se vio superado y se quedó sin respuestas ante la capacidad y equilibrio de juego por los dirigidos por Chiqui Wiernes.
Anoche fue un placer ver el juego de este Obras. Sumó tres puntos en un partido que, se sabía, iba a ser difícil por la chapa del rival. Ganó con parciales 26/24, 14/25, 25/ 21 y 25/22. Siempre se mostró concentrado. Cuidándose de no cometer errores no forzados. Sólo tuvo un interín (el segundo set) en el que se desconcentró y no le pudo encontrar la vuelta al cambio de bloqueo del visitante. Pero después retomó el nivel. Recepcionó bien, tuvo las manos mágicas de un inteligente armador como Matías Sánchez y vulneró, especialmente por las puntas, todo intento defensivo de Bolívar. En ataque tuvo a tres jugadores importantísimos: Quiroga, Lima y Jonadabe. Así, en ese orden, anotaron puntos clave.
En Bolívar, el cubano Sánchez otra vez, como con UPCN, no pudo destrabar en su favor el tanto a tanto con el que se jugó por varios momentos. Y si bien fue el máximo anotador del choque (20 puntos) esa efectividad resultó menos que los 19 puntos de Bruno Lima y los 16 de Rodrigo Quiroga.
Otros que trabajaron bien en el local fueron el cubano Osoria, Vaca Alvarez y Ramiro Nielson, quienes respondieron a la búsqueda de las pelotas que les dio Matías. Y fue rendidora la actuación del líbero Ruiz.
El primer set mostró un partido parejo, de buen nivel que se resolvió en el final. En el segundo fue todo de la visita. Y en los dos últimos, Obras mostró su chapa. Un triunfo que ilusiona.
