Las competencias de mountain bike se han convertido en la excusa perfecta para que los familiares y amigos de los bikers se reúnan para disfrutar un día al aire libre, y aprovechar las tres horas de la carrera para preparar una buena comida, por supuesto utilizando casi siempre la parrilla.

Entre esos "hinchas del mountain bike" estaba Antonio Segura, un ex ciclista que hoy acompaña a su hijo Gustavo. "Cuando era joven competía en ciclismo de ruta y en muchas oportunidades acompañé a mi amigo Vicente Alejo Chancay; fueron varias las oportunidades en que competimos juntos en el velódromo del Estadio Abierto", señaló sobre su pasado para luego hablar de su presente con el mundo de las dos ruedas: "Nosotros venimos a acompañar a Gustavo Segura, mi hijo, que compite en la categoría Promocional. Todos, en mi familia, tomamos como una deuda de honor acompañarlo porque nos gusta mucho el deporte y porque sirve para que compartamos un día de la semana".

"A diferencia del ciclismo de ruta el corredor termina la competencia y es recibido por sus familiares con un asado o algo para almorzar. El ambiente del deporte, cualquiera sea, es el mejor, porque quien hace deporte, es una persona sana en todos los sentidos" concluyó Antonio.

Una de las postales que más se repiten en cualquier competencia de mountain bike, es la del señor que aprovecha el tiempo en que se demoran los competidores, que rondan las 3 horas, para preparar aquellas comidas que llevan tiempo en la elaboración y por ello es que es común observar la preparación de chivos, costillares a la llama o el típico asado. La familia Cortés decidió preparar un chivo para agasajar los cuatro corredores de la familia. "Los esperamos con mucha alegría y con una buena comida para que se alimenten después del esfuerzo que han realizado", expresó Carlos. Una fiesta familiar es lo que se vive en cada uno de los fines de semana cuando hay carreras de mountain bike.