Lejos del nivel futbolístico que supo mostrar, Lucas Salas fue desafectado ayer por Pipo Gorosito del plantel profesional de San Martín y comenzará a entrenarse con la Reserva. De pichón de crack y promesa, al ostracismo total.

 

Salas se formó en el babby fútbol y arrancó en las infantiles del Verdinegro en el 2004. Tuvo un paso por Alianza y luego volvió a Concepción para ser figura en las inferiores.


En el medio tuvo pruebas en varios clubes importantes de Buenos Aires, incluso en River, donde quedó pero su padre, Luis, prefirió que volviera a San Juan por apenas tener 10 años. Es más, hasta estuvo unos días en La Masia del Barcelona, la cantera azulgrana donde se formo Lionel Messi.

 

 

Debutó en la primera división del conjunto de Concepción en 2011. Con sólo 17 años, el volante jugó varios minutos en la Copa Argentina ante Sarmiento de Junín a muy buen nivel, valiéndole la convocatoria al Seleccionado Argentino Sub 20.

 

En 2012 formó parte del plantel albiceleste que se consagró campeón del Torneo Cuatro Naciones que se disputó en La Serena, Chile, compartiendo equipo con Kranevitter, Lisandro Magallán, Giovanni Simeone y Manuel Lanzini, entre otros.

 

Después de eso y tras algunas lesiones, su carrera comenzó el declive. Los técnicos en San Martín se sucedían y Salas dejó de tener el protagonismo esperado. La llegada de Pablo Lavallén como entrenador de San Martín le devolvió la seguridad y un puesto entre los titulares, nada menos que con la camiseta 10 en la espalda. Sin embargo, el rendimiento no fue el esperado y pasó nuevamente a ocupar un lugar en el banco de suplentes.

 

Ayer, Néstor Gorosito le dijo que no lo tendría en cuenta para el inicio de la Superliga y lo mandó a entrenar con la reserva.  ¿Podrá Salas recuperar confianza y volver al nivel que supo mostrar? Con sólo 22 años, todavía tiene tiempo.