Extendió su mano derecha para saludar Alberto Ontiveros y la primera novedad post Dakar 2017 figura en el antebrazo. Un tatuaje. El ícono que identifica a la carrera. "Terminabas la ceremonia de premiación y te invitaban a hacertelo ahí mismo, con un tatuador que es muy prestigioso", sintetizó el "Puchi" y aparentemente esa fue la única experiencia por la que no se terminó de animar a vivir Gastón Pastén. Fueron los dos sanjuaninos que estuvieron en la línea de partida de la carrera más peligrosa del mundo y ambos alcanzaron el objetivo de concluirla el sábado pasado. Ontiveros obtuvo su cuarta medalla consecutiva en motos y Pastén, en su debut, se llevó la suya en autos.
Ya están de vuelta en San Juan y aceptaron compartir los tatuajes que quedaron en sus mentes y corazones.
La charla espontánea nació con anécdotas de lo que les fue sucediendo durante los 14 días de competencia. Del frío que soportó el "Puchi" y de los inconvenientes mecánicos de Pastén, incluido el último día cuando se quedó con el volante en la mano en un salto. Por eso no dudan en catalogarlo como otro duro Dakar.
"El clima fue un factor fundamental en esta edición. Incluso hasta cuando no se corría. Como por ejemplo cuando se suspendió la etapa del último lunes por el alud. Ese día tuve que recorrer mil cincuenta kilómetros, desde Tilcara hasta Chilecito", sintetizó Ontiveros mientras que Gastón admitió que no esperaba "para nada que sucediera el tipo de carrera que tuve. Del puesto 30 para atrás se parece más a una travesía. Una competencia mucho más difícil porque las huellas son mucho más profundas".
Con cada comentario de uno, el otro agrega algún dato más. Y entonces el piloto de motos que también alcanzó el logro deportivo de no haber penalizado ni una vez en esta edición, tomó la posta: "Cuando te pasan los camiones, es otra carrera. Se genera una situación de estrés muy particular".
Pastén está todavía procesando todo lo que atravesó junto al navegante cordobés Fernando Acosta. "La carrera da muchas emociones de una intensidad que nunca había tenido hasta ahora. Cumplí con un objetivo, con un proyecto que estuve trabajando todo el año. Es felicidad. Y representar a San Juan no fue una carga, sino un orgullo".
Ontiveros vivió el apoyo de la gente como nunca antes. "Quienes practicamos deportes que no son de gran popularidad, son momentos muy especiales cuando recibís el trato que tuve este año. En San Juan me tomé el tiempo para sacar todas las fotos y firmar todos los autógrafos que pidieron. Es devolver un poco tanto cariño".