Debieron pasar 18 meses para que San Martín y Sportivo Desamparados jugarán en San Juan un mismo domingo y ayer fue lo mejor que propusieron en la temporada. Los dos golearon y volvieron al triunfo cuando sus presentes no eran buenos y se florearon. Se despertaron y porqué no, sea el comienzo de una levantada que los dos máximos representantes de nuestra provincia en los torneos nacionales están buscando.

El Verdinegro fue contundente y el 4-0 que le propinó a Quilmes dejó de lado la caída ante Godoy Cruz. Fue se segunda victoria del torneo que tuvo el plus de salir de la zona de descenso directo.

Mientras que el Puyutano tuvo su primera alegría de la temporada tras el 5-1 sobre Rivadavia de Lincoln. Un resultado que nunca antes había obtenido. En definitiva, fue redondito para ambos con 9 goles en el global.

Coincidencia o no, los primos van de la mano en sus logros. Como sucedió a mediado del 2011 cuando con menos de una semana de diferencia Desamparados ascendía a la Primera B Nacional y San Martín a Primera División. Incluso el tremendo logro se dio con ambos jugando de visitante. Los de Concepción en La Plata (ante Gimnasia y Esgrima) y los del Patricias Sanjuaninas en Tucumán (frente a San Martín).

Sólo resta que en el fútbol local puedan volver a jugar con ambas parcialidades, como hace varios años no se da por los hechos de violencia.

Es que mientras en la calle los hinchas marcan las diferencias, en la cancha van juntos. Ayer San Martín no le tuvo piedad a Quilmes, justo el mismo rival al que Desamparados le ganaba el año pasado, por B Nacional, en su mejor presentación fuera de la provincia. Ese gol lo marcó David Drocco, que venía de ascender con el Verdinegro.

Seguramente pasarán varias fechas para que San Martín y Desamparados repitan su enorme rendimiento y presencia en el área rival como sucedió ayer. Pero los rivales fuera de la cancha, tienen un común denominador que es el triunfo y logros históricos. El domingo les sentó bien y los primos hoy tendrán el franco nacional para festejar y pedir porqué no, otro domingo que los vuelva a juntar.

Por Sebastián Marengo

Diario de Cuyo