Independiente, aun sin jugar bien y bajo una lluvia torrencial, consiguió ayer lo más preciado: superó por 1-0 a Belgrano de Córdoba en el arranque del torneo de Primera División.
En un estadio Libertadores de América que tuvo una muy buena concurrencia, el conjunto ‘rojo’ se llevó la victoria con un tanto logrado por Emiliano Rigoni, casualmente un exvalor del ‘Celeste’ de Barrio Alberdi.
Sobre los 41 minutos del segundo período, el zaguero central Emmanuel Aguilera despachó un pelotazo largo, el retornado Germán Denis (volvió a la entidad de Avellaneda después de casi 8 años) la bajó de cabeza y alargó para Claudio Aquino, quien metió el centro rasante al área. Por el centro llegaba Rigoni, quien pudo conectar y batió a Juan Carlos Olave para decretar el 1-0 final. Injusto pero decisivo al fin.
El partido resultó flojo tanto en lo individual como colectivo. Dentro de ese contexto, Belgrano arrancó con todo y ya en 4 minutos había dispuesto de dos chances concretas para abrir la cuenta. Casualidad o no, el volante Guillermo Farré metió dos disparos consecutivos en el travesaño (2m. y 4m., respectivamente) y avisó que no llegaba a Avellaneda como un simple actor de reparto.
Independiente, con muchas ausencias en el hipotético equipo titular (lesionados Diego Vera, Lucas Albertengo y Hernán Pellerano; suspendidos Jesús Méndez y Jorge Ortiz, entre otros), no logró hacer pie en la mitad de la cancha, más allá de que el uruguayo Christian ‘Cebolla’ Rodríguez fue lo mejor del equipo en los 24 minutos que jugó, antes de irse lesionado -otra vez- y reemplazado por Juan Manuel Trejo.
El arquero del ‘Rojo’, Diego Matías Rodríguez, en un contrapunto especial con la parcialidad local, sacó chapa como para ganar méritos y le detuvo remates a Mauro Obolo e Iván Etevenaux, quien sacó un tiro libre que metió riesgo.
El ingreso de Denis le aportó algo más de dinámica al ataque de los dirigidos por Mauricio Pellegrino, aunque la lluvia -un verdadero aguacero, por momentos- impidió movimientos rápidos y habilitaciones precisas.
Belgrano no perdió nunca la identidad y quizás le faltó algo más de audacia para asumir la decisión de ir a ganar el partido. Pero es cierto que el terreno con agua le quitó piernas a sus jugadores.
Parecía empate clavado hasta que llegó el pelotazo de Aguilera, las intervenciones de Denis y Aquino, más la definición de Rigoni. Así, Independiente cambió por sonrisa y felicidad un debut que asomaba complejo y que, indudablemente, no debió ganar si se analizan los méritos de uno y otro.