Exitos
Argentina, Holanda y Brasil son, acaso, los seleccionados que luego de los primeros cuatro partidos del Mundial se muestran como los de mejor rendimiento. Por estadísticas y nivel futbolístico. A saber, el combinado de Diego Maradona volvió a ganar los primeros cuatro juegos de un Mundial como sólo había realizado en 1930. Ni siquiera al ser campeón en el "78 y "86 pudo repetir estos números perfectos. Junto con Holanda fueron los únicos que sumaron los doce puntos en juego hasta el momento. La albiceleste, que a priori era el tercer candidato en la agencia de apuestas internacionales, cuenta con la ofensiva más prolífica del torneo. 7 de sus 10 gritos los marcaron atacantes e incluso Gonzalo Higuaín es uno de los artilleros del certamen con cuatro. Es más, con el triunfo sobre México rompió una sequía de dos décadas sin victorias en partidos de eliminación directa en Mundiales. El buen nivel colectivo se refleja en un dato: Diego es el DT que más jugadores usó hasta el momento en el Mundial con 20.
La Naranja de Bert Van Marwijk siguió demostrando que pasa un momento extraordinario y de hecho sumó el récord histórico de 23 partidos sin derrotas. Pudo recuperar a su máxima estrella, Arjen Robben, quien abrió el camino en octavos de final ante Eslovaquía con su tanto. Tras doce años se metió de nuevo en octavos de final.
Justamente el cruce de los "oranges" será ante Brasil, que ganó 10 de sus 12 puntos en juego (sólo empató ante Portugal). La Selección de Dunga despejó las dudas previas y llegó a puro gol a cuartos de final por quinta ocasión seguida. Además, tiene en su arquero Julio César y la dupla central Lucio-Juan una defensa confiable. Encima es la tercera Selección más goleadora del Mundial con ocho.
Fracasos
Son los dueños de las tapas escandalosas de los diarios en sus respectivos países. Se trata de Italia, Francia y Sudáfrica. En un hecho inédito que combinaron los tres seleccionados en los Mundiales: nunca se había ido en la fase de grupos el último campeón y subcampeón, más el anfitrión.
Italia, se sabía, llegaba a Sudáfrica con un plantel "viejo". Marcelo Lippi no hizo la renovación adecuada y apostó por los campeones mundiales de Alemania. Le fue pésimo. La lesión del arquero Buffon en el debut lo condicionó demasiado. Italia no pasó del empate ante Nueva Zelanda y perdió en el choque clave ante la debutante Eslovaquía. Contra Paraguay tampoco supo romper la defensa guaraní. El regreso a su país fue bochornoso, con el capitán, Cannavaro, como el máximo apuntado junto al DT. Un diario tano incluso puso en su tapa tras la eliminación once ataúdes con los nombres de los jugadores italianos.
Algo similar le pasó a los galos. Aunque con el plus de grandes dosis de conventillo: primero fue la polémica por la no inclusión como titular de Henry, después llegó la publicación de la pelea entre Anelka y Domenech, que le valió la expulsión del torneo al delantero; la huelga de sus compañeros por solidaridad y un Domenech más apegado a la astrología que al juego de Francia.
Los "Bafana bafana" de Parreira también resultaron un fiasco. Quedaron en la historia como la primera Selección anfitriona que no llega a la segunda ronda. Lo que debía ser otra gran propaganda para el país de Nelson Mandela se frustró con la temprana eliminación de su combinado y su técnico brasileño, pasó de la admiración a la renuncia indeclinable.

