Un final de película tuvo anoche la clasificación de Boca a la fase de semifinales de la Copa Libertadores de América. El uruguayo Silva, con un gol anotado en el minuto 90 consiguió la igualdad en un tanto y evitó que tuviera que definir por penales con el Fluminense, que ganaba 1 a 0 con gol marcado por Thiago Caletto, de tiro libre, a los 16 minutos de la etapa inicial.
El xeneize logró el boleto deseado porque se impuso en el primer chico 1-0 en La Bombonera. Fue complicado para los auriazules pasar el obstáculo carioca. Fueron superados en la primera parte, no sólo en el tanteador, y en el segundo segmentó soportaron un dominio territorial y les costó mucho disponer de la pelota. El primer capítulo de Boca fue pobrísimo, fundamentalmente porque resultó incapaz de conseguir el balón. No lo tuvo ni lo recuperó.
En la mitad de la cancha el talentoso Juan Román Riquelme fue anulado y en el conjunto xeneize nadie se mostró capaz de aportar ideas o extender un puente para comunicarse con los delanteros. En cuanto a los atacantes, esta vez tanto Darío Cvitanich como el uruguayo Darío Silva tuvieron un desempeño intrascendente. Sin llegar a ser una muralla, lo mejor de Boca en la ocasión se vio en el fondo, apuntalado por la experiencia, la fuerza y la personalidad de Rolando Schiavi. Para peor, en la escena del gol de los brasileños, el esférico tomó un efecto raro tras pegar en el Rivero y terminó por meterse junto a la base del poste derecho de un Agustín Orion que demoró su reacción. En la etapa decisiva el Flu siguió controlando la pelota, pero le faltó claridad y penetración para completar la tarea. Orión cerca de su parante derecho tapó un envío exigente en una de las escasas llegadas netas de los anfitriones en esa segunda mitad. Falcioni congeló más de la cuenta el ingreso de Pablo Mouche para revitalizar las réplicas y también se hizo esperar la entrada de Juan Sánchez Miño por Cristian Erbes. Por eso Boca en determinado momento estaba entre ser víctima del Flu o de poner sobre la mesa la respuesta irreversible que le permitiera eliminar a su adversario. La tercera alternativa era el cara a cara desde la corta distancia. Silva ganó en el área en un acierto aislado y le permitió a Boca dar un paso gigantesco en el sueño copero. Sueño, que, más allá de esta producción despareja, por supuesto que tiene sustento.

