Los Leones hicieron ayer historia al asegurarse por primera vez una medalla, que por ahora es de plata, pero puede ser de oro, tras golear en la semifinal 5-2 a Alemania, bicampeón olímpico. Con tres goles de córner corto del defensor Gonzalo Peillat, uno de Joaquín Menini y otro de Lucas Vila, se enhebró la gran victoria del conjunto de Carlos Retegui. El conjunto argentino fue eficaz en ataque y seguro en defensa, con una notable actuaciòn del arquero Juan Manuel Vivaldi, y se ganó un lugar en el encuentro decisivo de mañana en el que enfrentará a Bélgica, que derrotó a Holanda por 3-1 en la otra semifinal.
El llanto de los jugadores tras el logro siguió con la ronda a puro salto, y la arenga de su entrenador pidiendo, con su dulce disfonía a cuestas, ir por ‘el oro‘ en el octavo y último partido de Río. La intensidad de Argentina en el comienzo sobrepasó al adversario. Y antes del primer cuarto Peillat, infalible en los córners cortos, puso un 2-0 soñado con dos de sus características arrastradas. La jugada de Menini por derecha que derivó en el segundo gol fue la imagen de la impotencia de los alemanes cuando no lo pudieron parar ni Matías Haner ni Linus Butt. Para colmo Vivaldi le ganó un mano a mano a Tobias Hauke y luego un remate tras corto de Moritz Furste. A los 28 llegó el tercer gol de Peillat, también de arrastrada, que lo convirtió en el máximo anotador del torneo con diez conquistas. El cuarto fue un lujo con una jugada en que Menini ‘bateó‘ al gol. Lucas Vila selló la goleada con otra jugada que mostró a Alemania descolocado, porque, sin marca, cruzó el remate al arquero Nicola Jacobi. Faltaban 14 minutos para el final. El campeón olímpico, que sacó a su arquero para sumar un jugador de campo más, descontó con un penal de Furste y un remate cruzado de Christopher Ruhr, quienes recién en el cierre pudieron quebrar la resistencia de Vivaldi. Queda tan sólo un paso para estos Leones, que, con la base del equipo que se consagró campeón mundial sub 21 en 2005, está a punto de hacer otra vez historia.

