En lo estrictamente futbolístico, los números dirán que a Sportivo Desamparados le faltó solamente un punto para salvarse. Parece poco y cualquiera que no conociera lo que ocurre en la vida interna de Desamparados, diría que fue injusto cuando la cruda realidad marca otra cosa, detalles que en una categoría semi-profesional no podían fallar pero que en Puyuta abundaban. El descenso del club puyutano tiene demasiados argumentos detrás que hacían previsible lo peor: la cancha, el armado de plantel, el presupuesto, la indumentaria y logística, entran entre las principales razones que llevaron a perder la categoría a la que Sportivo había regresado hace 6 años.
Juan Valiente, su actual presidente, es el apuntado como principal responsable por la mayoría de los hinchas. Pero ¿dónde se basan los argumentos del desacierto dirigencial? En los errores cometidos durante varios años en una gestión que comenzó en la última semana de febrero del 2018 y que quedaron reflejadas en un descenso que comenzó a gestarse el 31 de enero de este año, cuando se dio inicio a la pretemporada.
SIN CANCHA, LA ESCENA FUE IGUAL AL 2012
En el fútbol, en la categoría que sea, la localía es fundamental. Jugar en otro estadio es prácticamente ceder la localía y ese mal padeció Desamparados. Llevar su localía a tres escenarios diferentes y con un plantel entrenando en un sinfín de lugares, le terminó pasando factura. La desidia comenzó en octubre del año pasado producto de la sequía, el pozo se secó y la bomba se quemó. Ya sin actividad por haber quedado eliminado del Federal "A" a fines de octubre del 2021, la decisión de Valiente fue recaudar fondos para poder comprar la bomba de agua. Llegó el convenio con un reconocido productor y empresario de la provincia para llevar al Serpentario tres recitales: "Divididos", "Don Osvaldo" y "Mau y Ricky". Los dos primeros convocaron aproximadamente 10 mil personas cada uno, con entradas que se vendieron en 2.500 pesos. Para los hijos de Montaner las entradas variaban entre los 2.500 y los 4.500, si bien la convocatoria fue mucho menor, a Desamparados por los tres recitales le abonaron 750 mil pesos, una cifra baja si se tiene en cuenta la magnitud de las tres bandas y las condiciones en las que -ya se preveía-, iba a quedar el campo de juego.
La bomba se compró pero lo que vino después fue lento y no llegó nunca a buen puerto. En enero intentaron subsanar el pozo pero la recomendación de los especialistas fue hacer un pozo nuevo. La obra comenzó en febrero en uno de los vértices del estadio. Recién el 17 de junio la excavación alcanzó los 78 metros de profundidad y por fin apareció el agua. En ese momento, Valiente le dijo a DIARIO DE CUYO, que a los días terminarían de calzar el pozo y a partir de ahí comenzarían con el siguiente paso que era la instalación de los caños y la instalación de la bomba. "Si todo sale como pensamos en dos meses quizás ya podemos haber recuperado el campo de juego", manifestó. Esa promesa, lógicamente no se cumplió. Pasaron días, semanas y meses y Desamparados no pudo jugar ni siquiera un encuentro.
Mientras, Desamparados alternó sus encuentros entre el Bicentenario, la cancha de Trinidad y un partido en cancha de Alianza. ¿Los entrenamientos? En diferentes lugares, Trinidad, Alianza, la auxiliar del Bicentenario, complejos de canchas y hasta la cancha de Juventud Unida en el Médano de Oro, lugar que lo recibió la mayoría de las veces y que, por su lejanía con la ciudad, hacía que los jugadores se agruparan en varios autos para que los gastos -en este caso el combustible a diario- sean menores. Otros, en tanto, optaban por irse junto a los utileros desde el club para no utilizar sus vehículos particulares.
La obra, mientras tanto, seguía su curso a paso de tortuga. A comienzos de julio, Valiente le afirmó a este medio que se comenzaría con la instalación de los caños petroleros y aclaró también que la excavación iba por los 80 metros pero pretendían llegar a los 105 metros. Según pronosticó la dirigencia en ese momento, Sportivo volvería a jugar en dos meses, es decir a fines de agosto o principios de septiembre. Algo que finalmente nunca pasó.
Jugar en el Bicentenario, ese "Gigante" con capacidad para 25 mil personas que parece estar hecho para los grandes eventos, estuvo muy lejos de ser "la casa" de Desamparados. Con el público que siempre dejó manifiesto su malestar por tener que trasladarse hasta el coloso pocitano todo el año y siempre avisorando los fantasmas del año 2012. Es que ese año, con Desamparados jugando la B Nacional, y con decisiones erradas del presidente de ese entonces Miguel Jofré, Sportivo tampoco tuvo cancha, trasladó su localía al Bicentenario y lógicamente fuera de casa y lejos de su gente, también perdió la categoría.
EL ARMADO, TODO UN ERROR
"¿Si tuviese que dar marcha atrás y corregir errores? No le daría toda la responsabilidad a un técnico, hubiese participado también en el armado". Así Juan Valiente reconoció su error tras el descenso el domingo refiriéndose a Marcelo Fuentes. El entrenador ya había asumido el año anterior ante la salida de Cristian Bove. Futbolísticamente el experimentado DT no le aportó mucho a ese Desamparados que ni siquiera logró clasificar de fase. Era diciembre y cuando los equipos ya habían comenzado a armarse para el Federal, Desamparados era todo una nebulosa. Valiente que amenazaba con irse y sin nadie para tomar al cargo en la presidencia a la vista, los jugadores de ese plantel anterior terminaron yendose ante la incertidumbre que azotaba Puyuta.
Llegó enero y todavía con un panorama poco claro, Valiente acordó continuar esta vez acompañado con Leonardo Villalba, prometiendo normalizar el club y llamar a Asamblea. Comenzó el armado y ya con los equipos de la zona casi armados, la decisión fue tomar decisiones pronto y optaron por darle continuidad a Fuentes. Valiente, por su profesión, decidió brindarle -erradamente según él- un servicio al entrenador y fue contratar una empresa de "asesoría deportiva" que fue quien le acercó la "carta de jugadores" a Fuentes y el DT terminó eligiendo a lo que se acomodara al bolsillo del club. Faltó jerarquía en la elección, con futbolistas con poca trascendencia en la categoría. Cabe destacar que la empresa solo trajo jugadores de su entorno, causando la molestia de otros representantes vinculados en los últimos años a Desamparados. ¿Del plantel anterior? Solo continuaron los de San Juan: los hermanos Ceballos, Garrido, Jofré, Décimo y Martín. Después se sumó Bruno Rodríguez.
Entre la cantidad y poca calidad elegida por Fuentes, la mala elección también estuvo en los puestos. Sobraban los volantes y faltaban delanteros. La pretemporada comenzó tarde por ende el comienzo fue con el pie izquierdo. Fuentes duró solo cuatro fechas, el equipo desde ese día entraba en zona de descenso, lugar del que nunca logró salir.
EL ESCASO PRESUPUESTO
Valiente más de una vez en sus declaraciones dejó en manifiesto lo difícil que era mantener el plantel. Con un presupuesto que siempre fue en déficit teniendo en cuenta que con la inflación entre ingresos y egresos quedaba un faltante por mes de varios millones que él adujo ponerlo de sus bolsillos. "No voy a continuar. Puse 8 millones de mi bolsillo y el desgaste es enorme", había avisado Valiente en el mes de diciembre cuando pensaba irse del club. Ese monto fue el que luego -según palabras de él- puso en el balance como donaciones. De esta manera, el club no le debe nada al profesional médico.
Lo cierto es que Desamparados fue uno de los clubes con menor presupuesto y por ende con los sueldos más bajos de la categoría. Tanto, que los jugadores residentes en la provincia como Peca Jofré, Emanuel Décimo y hasta el mismísimo Jairo Díaz que terminó siendo la figura de Desamparados, arreglaron por un sueldo de 60 mil pesos mensuales (demasiado poco para ser la tercera categoría del fútbol argentino) y ni siquiera le ocasionaban gastos de alquiler al club.
LA INDUMENTARIA QUE NO FUE
Desamparados para esta temporada había decidido cambiar la marca de ropa. Dejó atrás la marca mendocina "Leatix" y firmó con "Fanáticos" una empresa con poca trayectoria en la categoría que nunca cumplió. "Fanáticos" mandó una tanda de indumentaria para el plantel de Federal y Primera Local, pero nunca abasteció a las Inferiores. Aduciendo una crisis, la empresa terminó rompiendo contrato con Sportivo y nunca llegaron camisetas.
Insólitamente en el Federal, el equipo jugó sus encuentros con camisetas de "Leatix", e incluso en los viajes, más de una vez los jugadores debieron prestarse la ropa para poder viajar con la misma indumentaria porque no había más. Insólito pero real. Ni que hablar de camperas y buzos, los jugadores fueron abastecidos por el club con camperas que quedaron en la institución de marcas anteriores como "Sport 2000" o "Lyon". El problema de la indumentaria llegó también a los distintos cuerpos técnicos, Luis Islas lo manifestó antes de irse como "vergonzoso" y Dillon acudió a su primer entrenamiento con un camperón de Desamparados de la marca "Kappa", de cuando él dirigió al Víbora en la B Nacional. Lógicamente el Flaco entendiendo la situación, siempre se guardó a silencio y jamás hizo algún reclamo.
ISLAS Y OTRA MALA ELECCIÓN
Ya había pasado hace rato la era Fuentes con cuatro partidos, vino un interinato de Emanuel Guirado en dos encuentros y llegó el turno de tomar decisiones para revertir la situación. Las cartas estaban echadas, era Luis Islas y todo su palmarés por haber sido campeón del mundo más que por haber dirigido en la categoría o traer a lo conocido, optando por Ricardo Dillon. El mundillo víbora lógicamente pretendía al "Cogote" pero puertas adentro, la decisión de la Comisión fue inclinarse por Islas que tampoco funcionó. Cuando se fue, el campeón del mundo adujo irse "por el presente institucional" y mencionó el poco profesionalismo que había en el club con falta de materiales básicos a la hora de entrenar.
Después, a contramano del entrenador, desde el seno del plantel se animaron hablar mucho tiempo después. Al parecer Islas no ayudó mucho en lo anímico, todo lo contrario, cargaba toda la culpa del presente del equipo a los referentes del plantel. Islas costó mucho, duró poco y marcó otro claro desacierto más por capricho personal de quienes optaron por traerlo.
DETALLES QUE MARCARON LA DIFERENCIA
Esa falta de elementos para entrenar a las que se refería Islas quedaron a la vista después del encuentro ante Villa Mitre en cancha de Alianza. En ese encuentro se perdieron dos pelotas y totalizaban cuatro pelotas de fútbol perdidas en los últimos tres encuentros. Desde la dirigencia dijeron que no podían comprarlas porque si bien cada una costaba entre los 18 mil y los 24 mil pesos, por el problema de las importaciones no estaba ingresando a Argentina y con el faltante de los cuatro balones, Sportivo solo tenía 7 pelotas para entrenar. El tema se viralizó en las redes y los mismos hinchas pudieron recuperar dos de las pelotas que estaban perdidas. Insólito.
Detalles. Pequeños detalles que marcaron la diferencia. Sin contar los arbitrajes que muchas veces perjudicaron a Desamparados, pero que no sirvieron de excusa para tapar lo que se había hecho mal. El descenso de categoría se gestó antes con pequeñas cosas que son necesarias en una categoría semi profesional y que al no tenerlas, terminó decretando lo peor.
IDOLOS POCO RESPETADOS
Un año previo a la pandemia, ya la vida institucional de Desamparados tenía vaivenes. Parte de la relación entre la dirigencia actual e hinchas se rompió por la "poca protección" a uno de los ídolos contemporáneos del club. Silvio Prieto ya transitaba la recta final de su carrera, con buenas actuaciones en el Torneo Local donde venía de ser figura en el Torneo de Invierno que Desamparados ganó, llegó Mauricio Magistretti con un pelotón de refuerzos, aunque muchos de ellos con poca trayectoria en el torneo.
El DT mendocino nunca convocó a Prieto a la pretemporada y tras ese primer entrenamiento se excusó: "A Silvio lo conozco un montón, me dio alegrías como entrenador, lo aprecio mucho también como persona pero cuando yo hablé para venir acá, jamás la dirigencia me lo mencionó a Silvio", expresó. La ausencia del "Mago" causó malestar en Puyuta que al otro día amaneció empapelada con carteles con leyendas como "Con los ídolos no se juega", "Chau dirigentes inoperantes". Después de eso, Prieto y también Santiago Ceballos fueron convocados al plantel.
¿CÓMO SIGUE?
Desamparados recién volverá a jugar en el Regional Amateur que se prevé comience a fines del 2023, falta mucho, demasiado para una institución que respira fútbol y que siempre estuvo jugando en planos nacionales. Ahora solo restará rescindir los contratos con los futbolistas de afuera, abonar lo adeudado y luego que la Comisión actual resuelva los detalles para un llamado a Asamblea que es inminente. Apostar todos los cañones al plantel de la Primera Local que hoy conduce Emanuel Guirado y que aspira a clasificarse a la fase final del Torneo de Verano, aparece como objetivo inmediato. Ese sería un aliciente para un año que para todo Desamparados, será para el olvido.