Cuando la ansiedad empieza a jugar, todo suma. Todo cuenta y este San Martín parece haber entrado en la zona de las ansiedades y las urgencias porque en una de sus peores producciones desde su vuelta a la Primera División, terminó jugando mal y perdiendo bien frente a un Belgrano de Córdoba al que le sobró calma, seguridad y tranquilidad para resolver el partido como quería y terminar festejando una victoria que lo hace protagonista del torneo. El único gol del partido fue obra del defensor Claudio Pérez, a los 37 minutos del complemento. Antes y después, San Martín había sido un canto a la impotencia. Con y sin viento a favor.

En el primer tiempo, cuando el viento Sur fue aliado o, mejor dicho pudo ser su aliado, San Martín equivocó todos los caminos. Jugó al pelotazo, se apuró en todas y terminó siendo un rival previsible, inofensivo y repetido para un Belgrano que se agolpó bien, que nunca se estiró demasiado en el campo de juego. Sin generar por abajo, sin tener esa precisión para romper el esquema rival, San Martín gozó de tres chances netas de gol en la primera parte. A los 14’ con un tiro libre de Graf que sacó Olave y luego, a los 16’ cuando otra vez el arquero cordobés a quemarropa, le tapó dos remates consecutivos a Poggi primero y luego al propio Graf. Eso, tan solo eso, fue lo mejor que mostró el conjunto sanjuanino. Belgrano empezó a soltar a su conductor, el zurdo Vázquez y aparecieron algunos problemas para el fondo sanjuanino. La B tuvo dos llegadas netas pero no pudo resolverlas.

En el complemento, ya sin viento a favor y sabiendo que el camino tenía que ser la pelota a ras de piso y mucha circulación, San Martín volvió a ser presa de sus propias limitaciones. Porque a las ganas de Poggi, Bustos y Oviedo, le contrastaron las opacas tareas de Bogado y de Aguirre que no aportaron demasiado en la generación de juego y en el desequilibrio. Belgrano se acomodó mejor todavía y sabiendo que con pelotazos para Pereyra y confiando en la categoría de Vázquez, esperó su momento. San Martín, obligado fue por ir nada más. A los 31’, Poggi tuvo una chance pero remató débil. Garnero movió el banco. Metió otro punta pero siguió sin encontrarle la vuelta y a los 37’, le tocó masticar bronca porque después de una falta a Vázquez, llegó el centro al corazón del área y Pérez se elevó demasiado solo como para dejar sin chances a Pocrnjic. San Martín no tenía más argumentos. Quiso sacudirse, pero la historia estaba escrita. El viento, aliado y rival a la vez, desnudó todas las limitaciones de un equipo al que le falta gol, al que le escasea generación de juego y al que está perdiendo la confianza. Belgrano siempre supo qué hacer y cómo hacerlo. San Martín no. Tal vez ahí esté la gran diferencia del 1-0 en contra para el conjunto sanjuanino. Esa pregunta tiene que tener respuesta inmediata para un futuro no muy lejano.