La bolsa amarilla que hay en el improvisado gimnasio que tiene la Federación Sanjuanina de Boxeo emite ahogados rezongos ante cada golpe que le aplica Mauricio Muñoz. El ex retador a la corona de los supergallos del Consejo (perdió el año pasado con el japonés Toshiaki Nishioka) combina con gran concentración series de golpes. Hace mucho que no pelea en San Juan y volver a hacerlo es una motivación extra. A unos metros, Fabián Orozco, realiza ejercicios de elongación. Ambos, vigilados de cerca por Rubén Ojeda y ayudados, como sparrings por los juveniles Maxi Benegas (sobrino de Muñoz) y Lucas Moya saben que de lo que ocurra mañana dependen muchas circunstancias que puedan ocurrir en el futuro de sus campañas.
Son conscientes que tiene que ganar y gustar. Están ansiosos, pero no nerviosos. Tienen la suficiente experiencia como para afrontar esta velada en la que complementarán la primera pelea por título del mundo que se hará en San Juan, la que protagonizaran el campeón supermosca de la OMB, Omar Narváez y su retador mexicano José Cabrera. “El Negrito” peleará con el chileno Ramón Contreras por el título latino de la FIB y “Noni” se medirá a seis asaltos con Juan Carlos Rodríguez.
Los dos llevarán a sus hijos. Félix, el mayor de Mauricio, que tiene seis años ya lo acompañó en Caseros, Mendoza y lo vio nueve veces. En una pelea su mujer, Belén, viajó con los tres (Santiago y José los otros dos).
Orozco también llevará a su primogénito, Franco (5 años), mientras su novia Cintia espera para la próxima semana la llegada del segundo retoño de la pareja.
Ambos subirán con pantalones blancos. Muñoz con motivos verdes y Orozco con adornos celestes. Coinciden en que siempre que suben al ring se encomiendan a la memoria de sus abuelas fallecidas. “Mi abuela Irene murió cuando yo tenía 15 años, ella me hizo los primeros pantaloncitos”, contó Mauricio.
“Mi abuela Lucía me crió en los primeros cinco años y murió cuando era muy chico”, confió Fabián.
Los dos sueñan con el estadio repleto coreando sus nombres. Tienen la gran responsabilidad de mostrar lo mejor de sí ante su gente y la asumen con decisión y confianza en sus cualidades.

