San Juan.- Se lo tenía bien guardado el DT Fabián Armoa. Sacó en el partido más importante a Aleksiev y tiró a la cancha a un pibe de la cantera, pero con experiencia: Nicolás Lazo. Y no defraudó, al punto que el búlgaro no tuvo ni un minuto entre los jugadores de cancha.

Lazo jugó como se juegan las finales. Ojos abiertos, concentración plena y un sentido de equipo que lo hizo una pieza que encajó perfecto en un equipo que no tiene grietas.

Un síntoma, la cara de Aleksiev marcó, de alguna manera, el rendimiento de Lazo. Es que el búlgaro, que se lo notó en un principio con caras de pocos amigos por estar en el banco, terminó aplaudiendo al pibe Lazo.