El debate por las actuaciones arbitrales en los partidos de River explotó el 31 de octubre del 2017 cuando el equipo quedó eliminado ante Lanús en la llave de semifinales de la Copa Libertadores. Mes a mes, la furia creció y las sospechas desde el lado del Millonario se intensificaron ante las falencias de los jueces en cada fecha. “Es una pérdida de tiempo total (el VAR), porque hoy nosotros con la tecnología fuimos perjudicados. Prefiero sufrir el error de un árbitro y no de siete observando para que se hiciera justicia. Eso evidentemente no pasó. Me hubiese gustado perder por un error de árbitro que no vio o no quiso ver”, había señalado Marcelo Gallardo en la conferencia de prensa posterior a la caída contra el Granate.
Las polémicas en aquella noche del 4-2 para Lanús se centraron en convalidar un gol a través de las cámaras de asistencia arbitral tras confirmar que no había posición adelantada de José Sand y en pitar el penal de Gonzalo Montiel sobre Nicolás Pasquini que definió la serie. Lo cierto es que, le guste a River o no, el VAR ya tiene aprobación de cara al Mundial y nada de lo firmado ayer en Zurich tendrá marcha atrás.