Ante una arremetida de Scocco, el defensor tocó el balón con el pecho y los locales pidieron penal, aunque la imagen fue elocuente: la acción fue lícita.

 

 

 

El capitán millonario jugaba amonestado cuando bajó a Jael en el mediocampo. Todos los brasileños reclamaron por la amarilla, el juez los desoyó y el Muñeco metió mano rápido.

 

 

 

El reloj marcaba los 30 minutos cuando Milton Casco giró con el brazo abierto y pareció impactar su codo contra la cabeza de Ramiro, quien quedó lesionado. El árbitro Víctor Carrillo interpretó que no era infracción y dejó seguir.