En otra noche plagada de emociones, UPCN alcanzó nuevamente la gloria al ganar por tercer edición consecutiva el título de campeón de la Liga A1 de vóleibol, por lo que ya escribe una página destacada en la historia del vóleibol argentino.
Con el saque que se fue largo de Romanutti, empezaron los festejos que llegaron a las lágrimas cuando Junior y Demian González se fundieron en un abrazo, dos de los jugadores que estuvieron en las tres conquistas, junto a Gustavo Molina, Matías Salvo y el entrenador Fabián Armoa.
Para alcanzar el título, el equipo tuvo que sobreponerse ayer en un Cantoni repleto con 8.000 personas, a sus propios nervios, además del nivel de su rival, Buenos Aires Unidos. Si en el primer partido de la serie final UPCN ganó un partido que empezó perdiendo 1-0 y en el segundo remontó un 1-2, ayer directamente tuvo que remar tras ir perdiendo 0-2. Si bien las estadísticas mostrarán que UPCN barrió a BAU en la final por 3-0, lo cierto es que ayer el Gremial tuvo que sacar fuerzas de lo más profundo para revertir la historia.
Y fue justamente el aspecto anímico el que inclinó siempre la balanza para el elenco sanjuanino en esta final. BAU, que sólo había perdido 3 partidos en al fase regular y llegaba invicto en los playoff a la gran definición, no tuvo ese plus que si contó el Gremial. Como en las dos conquistas anteriores, Los Cóndores tienen otro vuelo cuando se trata de playoff.
El sabor particular de este título se da en que los dos equipos que se reforzaron con estrellas internacionales para destronar a UPCN terminaron cayendo justamente en el coliseo sanjuanino. Además, es la tercera vez, desde que la Liga se juega con este formato que un equipo se impone en la final sin perder ni un duelo.
Anoche hasta se dio el gusto de experimentar primero sensaciones negativas. Perdió el primer set por un ajustado 30-28 y se durmió en el segundo para caer por 20-25. Y ahí fue que se despertó ese equipo que es mortal atacando y una fiera defendiendo algunas pelotas de forma increíble. Con eso, su sueño otra vez se le hizo realidad.

