Boca Juniors, sin jugar bien ni sobrarle nada, venció anoche 3 a 1 a Guaraní, de Paraguay, y con este resultado ya tiene un pie puesto en los octavos de final de la Copa Libertadores de América.

Los goles del partido, jugado en La Bombonera con un regular arbitraje del peruano Víctor Hugo Rivera, los marcaron Martín Palermo, Rodrigo Palacio y Juan Román Riquelme, de penal, para Boca, mientras que Miguel Paniagua descontó para el conjunto paraguayo.

El equipo de la ribera tiene 12 puntos, producto de cuatro triunfos en cuatro presentaciones en esta Copa, aunque todavía matemáticamente no tiene asegurada la clasificación, ya que tiene a Cuenca y a Táchira, sus próximos dos rivales, a 6 puntos, por lo que si estos equipos ganan su dos encuentros pendientes, habrá desempate por diferencia de goles.

Boca no entró a la cancha en la primera media hora de juego, todo fue de Guaraní, la pelota, el dominio y las situaciones de gol, aunque no muy claras, pero situaciones al fin.

Con Juan Román Riquelme sin tocar la pelota, con Palermo y Palacio alejados de todo, siendo casi espectadores de lujo, Sebastián Battaglia perdía más de lo que ganaba y con un árbitro firme no hubiera terminado el partido por la cantidad de faltas que hizo, sobre todo a Fabbro.

Pasando la media hora de juego llegó la apertura del marcador, con un gol clásico de Boca: desborde de Palacio por derecha, centro rasante atrás y aparición de Palermo para establecer el 1 a 0.

Si el triunfo parcial xeneize era injusto mucho más cuando marcó el segundo, esta vez a través de Palacio, quien tuvo que empujar la pelota luego de una asistencia perfecta de Riquelme.

Los paraguayos sintieron el impacto pero se fueron en búsqueda del descuento, algo que recién consiguieron sobre el final de la primera etapa, gracias a una gran jugada de Paniagua, quien gambeteó todo lo que se le apareció por el camino y así darle esperanza a Guaraní de cara al inicio del segundo tiempo.

En el segundo tiempo en un momento Boca pareció acelerar el trámite como para liquidarlo y lo hizo a partir de los encuentros que tuvieron Riquelme con Palacio.

Pero entre el arquero de Guaraní y la falta de puntería el conjunto argentino no pudo liquidar la historia y Guaraní desnudó sus limitaciones técnicas para buscar el empate.

Sobre el final del partido Boca se aseguró la victoria, con un penal, que Riquelme cambió por gol con gran categoría, picando la pelota, para cerrar así su buena noche.