El apellido Bronvale es ya una marca registrada en Atenas. Varios son los que jugaron y otro tanto los que siguen defendiendo la camiseta del Mirasol. Y ayer, los dos que tuvieron acción en el Bicentenario recibieron su premio. Kevin porque marcó el gol del triunfo cuando faltaban 5’ para el final, aunque quien lo vivió de manera muy diferente fue Wilfredo, el capitán del equipo, para quien fue especial por todo lo que hay detrás de la vida de este jugador al que las diferentes lesiones siempre le pusieron trabas en su camino.
“Para mi era una revancha este partido, lo quería ganar y también lo será la final porque así lo siento”, confesó el hoy polifuncional futbolista tras conseguir el 1-0 sobre Villa Obrera para ganar la semifinal del certamen local.
“No se nos dio”
Mientras el Mirasol festejaba, del otro lado la tristeza se apoderó de Villa Obrera por una nueva frustración. “Vinimos a buscar el triunfo, pero se nos complicó y nos pasó los mismo que el año pasado”, subrayó el volante Franco Tapia.
“En mi carrera podría haber llegado lejos pero los lesiones siempre me complicaron”, se sinceró mientras su voz se quebraba, porque Willy pasó muchas complicaciones que fueron frenando su faceta futbolística. Incluso varias de ellas le ocurrieron en su mejor momento. Por ello no dudó en ratificar que “pensé en dejar el fútbol”, pero el amor por su Atenas pudo más que eso.
Como referente, capitán y porque lo sintió por ese sabor a revancha que necesita, el viernes se tomó un tiempo y “le escribí un mensaje a los chicos porque necesitaba ganar y estar en la final”, tiró “Willy”, que supo ganar con Desamparados el Apertura de 2006.