Se iba el partido. Tigre y San Lorenzo jugaban el tercer minuto de descuento. El Ciclón atacaba con furia porque caía 2-1 y perdía toda chance de lograr al menos un punto. Cayó una pelota en el área del equipo de Victoria y salió para el segundo palo. Allí, Emmanuel Mas se zambulló y metió el cabezazo al segundo palo. El arquero García quiso reaccionar pero la pelota ya lo había superado. Golazo y empate del equipo de Bauza. El sanjuanino lo gritó con alma y vida. Claro, era una revancha íntima porque días atrás había estado en el ojo de la tormenta cuando le hizo penal a un ecuatoriano e Independiente del Valle le empató a San Lorenzo, también en el tercer minuto de descuento, por la Copa Libertadores. Así es el fútbol. La revancha está a la vuelta de la esquina. El sanjuanino vivió eso y lo festejó a rabiar.
Antes -durante los noventa minutos- se había dado un partido de buen nivel técnico y con muchas emociones. El rosarino Angel Correa había adelantado al Ciclón a los 5 minutos del primer período, pero Tigre lo había dado vuelta con las conquistas de Matías Pérez García -18 minutos del complemento-, con un verdadero golazo, y Ariel Nahuelpán -41 minutos de esa segunda etapa-. Entonces se dio ese ataque desesperado de San Lorenzo, que finalmente logró la igualdad cuando parecía derrota sellada.
