Con el empate de ayer ante Boca Unidos 1-1, San Martín sumó su tercer partido sin triunfo y pese a que sigue como único puntero de la zona A, el sabor fue amargo por el presente del equipo, que viene teniendo una merma en su rendimiento. Ayer le costó sacar adelante el partido, el cual nunca le fue favorable porque el conjunto correntino no le dejó acomodarse. Encima estuvo abajo en el marcador y mostró reacción, pero sólo le sirvió para lograr la paridad. La misma que suma en la tabla, pero que incomoda porque de haber obtenido el triunfo se hubiese alejado en la tabla de sus perseguidores.

Y es que a San Martín le faltó tiempo. Porque prácticamente regaló el primer parcial, donde si bien tuvo las mejores opciones de gol, Boca le manejó la pelota ante un Verdinegro impreciso. Diferente al complemento, donde más allá de estar abajo en el marcador por el gol de Sand, reaccionó, lo empató con el tanto de Mauro Dalla Costa, metió a Boca Unidos en su arco, pero equivocó los caminos para llegar al triunfo.

El orden y entrega marcaron siempre el andar del equipo de Forestello, pero con eso no fue suficiente. La falta de variantes, las lesiones durante el partido (los 3 cambios fueron por ese motivo) y no tener la profundidad necesaria para herir a la visita fueron claves. Sumado a que Matías Garavano, el arquero rival, respondió siempre que lo exigieron.

Como a los 16’ del periodo inicial, cuando cayó el pelotazo a espaldas de los centrales y Marcos Figueroa cara a cara con el 1 perdió. Y la otra cayó recién sobre los 28’, con el frentazo de Figueroa que se fue cerca del palo. Apenas dos oportunidades en los 45 primeros minutos, que a nivel de juego y tenencia de pelota, fue mejor Boca, más allá que no puso en aprietos a Ardente.

Para el complemento el trámite y propuesta verdinegra fue otra. Los correntinos se metieron atrás, creció San Martín que tuvo más dinamismo y espacios. Por ello a los 6’, López le dio al balón tras tomar un rebote y casi anota.

Aunque Boca, bien plantado, también contestó. A los 8’, Ardente, con gran reflejo, le sacó el cabezazo a Sand tras una mala salida del fondo. Pero en la siguiente, sobre los 10’, Sand no perdonó y ante una defensa desarmada por la jugada previa, metió el frentazo para el gol visitante.

Después de eso, todo fue de San Martín. Reaccionó y herido fue por el empate. Garavano se lo negó a Dalla Costa, y luego metió las manos para que el remate de Franco Quiroga diera en el travesaño. Hasta que a los 20’ cayó el empate con un media vuelta impecable de Dalla Costa.

El empate fue impulso y pese a que insistió por abajo y con centros, el toque final siempre fue erróneo. Se perdió en intentos sin sustento y la igualdad fue una lección para un San Martín que tardó en hacerse dueño de la pelota.