Sus pilares. Majo rodeada de su familia. Su abuela Elba quien adoptó el rol de madre cuando su padre la abandonó, su tía Edith y sus primos Valentín, Felipe y Alma. “Ellos son mis pilares en esta vida, nunca me hicieron sentir diferente a pesar de mi ceguera. Me crié haciendo las mismas cosas que ellos y todo lo que consigo va dedicado para ellos”, comentó la oriunda de Campo Afuera.

 

Cuando los conductores la nombraron como la ganadora de la terna del Deporte Inclusivo antenoche, ella saltó de su silla. Su abuela Elba, a los abrazos con su hija, no paraba de llorar. Mientras María José Quiroga subía con su bastón y su guía rumbo al escenario a recibir la estatuilla, las 500 personas presentes no paraban de aplaudir. La ciclista no vidente marcó el pico de emoción antenoche en la Fiesta del Deportista del Año 2019 y ayer, en su Albardón natal, recibió a DIARIO DE CUYO en una entrevista a corazón abierto.

Con apenas diez meses arriba de una bicicleta tándem, la albardonera ya logró estar en los Parapanamericanos de Lima y se prepara para competir en el Mundial de Canadá. "No veo pero siento todo y pude sentir la emoción de todos esa noche que para mí quedará marcada para siempre", abrió "Majo" refiriéndose a la emoción que invadió a todos en el Complejo Palmares.

"Ganara quien ganara iba a estar feliz. Ya marcamos un hito con esta terna en este premio"  – MARÍA JOSÉ QUIROGA – Ciclismo adaptado

Multifacética. La albardonera trabaja por las mañanas en la Cámara de Diputados, en las siestas entrena. Debido a sus
tiempos, tuvo que abandonar la carrera de Periodismo Deportivo.

 

Apenas uno entra a Campo Afuera no hay quien no la conozca. Su historia de vida conmueve y su superación da por hecho que no existen los obstáculos para lograr lo que uno quiere. En una casa sencilla, donde no sobra nada, allí se crió la ciclista que hoy da que hablar en todo el país. Nació con seis meses de gestación y a raíz de eso heredó una retinopatía del prematuro que hizo que naciera con ceguera total. "No voy a cambiar nada quejándome de mi ceguera, por eso me acepto como soy y hasta bromeo", comentó Majo.

Esa felicidad que hoy la desborda por el logro obtenido no es más que un premio a todo el sacrificio que tuvo que hacer desde pequeña. Es que la vida se empeñó con ella y le pegó duro cuando con apenas 8 años, Majo perdió a su mamá producto de un cáncer de estómago. En el peor momento de sus vidas, su padre decidió abandonarla a ella y a sus hermanitos. Fue allí que Elba, la abuela materna, tomó las riendas y a pesar de que no le sobraba nada, se hizo cargo de sus cuatro nietos. "Yo tampoco tenía nada, la pasamos mal muchas veces pero lo que nunca faltó en esta casa fue amor. Por eso anoche cuando la nombraron no lo podía creer. Se me pasaron por la cabeza muchas cosas. Mi hija desde el cielo debe estar muy feliz también. Cada día siento más orgullo de Majo", contó Elba con los ojos llenos de lágrimas. "La única que sabía Braille era mi hija pero como falleció fui a aprender para poder educarla", expresó. En cada colegio donde Majo estudió, siempre sobresalió, incluso participó en un Parlamento Juvenil del Mercosur y hoy trabaja traduciendo textos a Braille en la Cámara de Diputados.

Siempre ligada al deporte, hizo natación, patinaje artístico y atletismo, que practicó hasta hace unos meses cuando el ciclismo apareció en su vida. Majo seguramente seguirá cumpliendo sus sueños porque para ella nada es imposible.

"El ciclismo me cambió la vida. Cumplí un sueño en Lima y no quiero imaginar lo que será el Mundial"MARÍA JOSÉ QUIROGA – Ciclismo Adaptado

"Un ejemplo para el ciclismo paralímpico"

 

 

Martín Ferrari, técnico de la selección argentina de ciclismo adaptado es quien metió a Majo Quiroga al mundo del ciclismo. Ella estaba practicando atletismo y entrevistó al "Pampa" en la primera edición de la etapa inclusiva de la Vuelta cuando trabajaba de periodista para la pagina "Deportes al Plato". Ya el segundo año cuando Majo se animó a competir junto a Willy Quinteros su guía y entrenador, Ferrari la fichó para la Selección Nacional y la albardonera comenzó su camino profesional. "Le ví cualidades y no me equivoqué porque lo está demostrando. Tiene muchas agallas, mucho temperamento y mucho hambre de gloria", comentó el entrenador que ya la llevó a competir en los Parapanamericanos de Lima y que trabaja en conjunto con Quinteros a distancia pensando en el Mundial de Canadá. "Fuimos a dar una charla a Sunchales una vez y ella contó su historia. Ahí me enamoré de ella por su cambio de vida a través del deporte. Es una referente del ciclismo paralímpico por la resilencia, porque sabe aprovechar cada oportunidad y tiene mucho futuro" comentó quien ya le tiene preparada la agenda con los próximos desafios: primero el Mundial en Canadá a fines de enero, después un Parapanamericano en Brasil y en junio la sanjuanina irá al Mundial de ruta en Bélgica.