El argentino Omar Narváez (52 kilos) alcanzó antenoche un claro triunfo en Trelew, por nocaut técnico en el décimo asalto, sobre el japonés Hiroyuki Hisataka (52.150) para retener por octava vez el título supermosca de la Organización Mundial de Boxeo.

El chubutense fue dominador del pleito de principio a fin. Tomó el centro del ring y conectó las mejores combinaciones de golpes con una eficacia sorprendente, aunque las manos del ‘Huracán‘, alentado por su público, no lograron conmover al púgil asiático.

Hisataka, que perdió antenoche una cuarta chance para alcanzar un título mundial y está 15to. en el ranking OMB, mostró una ofensiva sin consistencia y cansancio a medida que transcurría la pelea.

Por eso, a partir del sexto capítulo, el argentino intensificó el castigo y quedó, en diferentes ocasiones, en condiciones de asestar el golpe de nocaut que hubiera anticipado la definición.
Sin embargo, cuando transcurría un minuto 26 segundos del décimo round y la diferencia era notoria, el árbitro panameño Julio César Alvarado decretó la suspensión del combate, que derivó en la consabida victoria del chubutense, a esa altura amo y señor del cuadrilátero.

Para el argentino se abre ahora la posibilidad de pelear nuevamente por el título de la categoría superior, la de los gallos, según lo adelantó su manager Osvaldo Rivero.