El español Óscar Rodríguez (Euskadi Murias) se quedó ayer con la victoria en la etapa 13 de la Vuelta de España, la que culminó en un La Camperona, un puerto de altura de primera categoría con 8,3 kilómetros al 7,5 por ciento de pendiente media y una rampa máxima de casi el 20 por ciento que fueron claves para que la lucha entre los candidatos por la general comenzara.
El parcial de ayer, que unió el Valle de Savero con La Camperona, tuvo una extensión de 174,8 kilómetros que el ciclista del equipo vasco cubrió en un tiempo de 4h17m05s; abrió, lisa y llanamente, la lucha del pelotón con la montaña. El "tríptico de la muerte" como han llamado los aficionados a estas etapas que hoy contarán con un tramo de 171 kilómetros entre Cistierna con Les Paeres Nava y mañana con una mítica cita con la etapa de 178 kilómetros que largará en Riberas de Arriba y terminará en los Lagos de Covadonga.
Es el primer triunfo de Óscar Rodríguez como ciclista profesional, a sus 23 años, y el primero del equipo Euskadi-Murias en su estreno en La Vuelta.
Metido en la escapada del día, Rodríguez no hizo ruido ni se dejó ver entre los 32 miembros que llegó a tener la fuga. Fuera de la lista de candidatos al triunfo, rompió todos los pronósticos y, de menos a más, dejó atrás a escaladores consagrados y a equipos con más presencia de corredores en el grupo cabecero.
Por detrás, en la "batalla" entre los favoritos al podio de Madrid, Nairo Quintana arañó 6 segundos a Simon Yates (Mitchelton-Scott) y 17 a su compañero Alejandro Valverde (Movistar), logrando distanciar también al resto de favoritos, que entraron bastante agrupados.
El colombiano pasa al murciano en la general provisional, que sigue encabezando Jesús Herrada.