En la lista de los titulares hubo 7 sobrevivientes del Mundial de Sudáfrica y 4 nuevas caras. Un porcentaje mínimo pero que desnudó retoques tácticos vitales de la mano de Sergio Batista. En especial, en el nuevo modelo del mediocampo teniendo siempre cerca al triángulo que armaron Banega, Cambiasso y Mascherano. Una señal de protección para Mascherano, que no peleó el medio tan solo y que tuvo laderos con mucho control de la pelota, haciendo la salida más elaborada. Ese cambio fue sustancial para el modelo del Checho porque Argentina no quedó nunca mal parada en la lucha por la posesión de la pelota (cosa que contra Alemania sufrió) y cuando la tuco, encontró salida fluida para darle juego a los puntas que en vez de ser tres bien verticales como en Sudáfrica, mostró a Tevez más retrasado (casi de enlace) y a Messi flotando delante del único punta-punta que fue Gonzalo Higuaín. Con esa receta, Batista recuperó al Messi desequilibrante del Barcelona y, de paso, tuvo la fortuna de que en sus primeros movimientos, Argentina fue toda contundencia.
1 CARA
El nuevo sistema de volantes, con el triángulo Banega-Mascherano-Cambiasso moviéndose siempre junto tanto en función defensiva como en ofensiva, fue clave para sorprender a España. Desde ahí, lo empezó a ganar porque se aseguró la pelota y también su tratamiento. Ahí, el Checho fue el gran ganador desde lo táctico y mostró la mejor cara en Argentina que con esa salida clara pudo explotar toda la riqueza del tridente de ataque que ahora no jugó en una misma línea y que con una escala progresiva desde Tévez pasando a Messi y terminando en Higuaín fue letal en los primeros 15 minutos de partido y, curiosamente, vital para sacar la gran diferencia de dos goles.
2 CECA
Del medio para adelante, Argentina mostró su mejor faceta. Del medio para atrás, cuando España reaccionó y se despertó, desnudó problemas que pasan tal vez por los nombres y no por el sistema. De derecha a izquierda, el oficio y el trajín del Pupi Zanetti aportaron lo de siempre, aunque con el plus de saber que la trayectoria del capitán del Inter sirve. Pero sufrió con la velocidad y cuando le jugaron a su espalda. En el centro, lo de Demichelis ya roza lo injustificable porque sigue lento, desordenado y con demasiados problemas. El regreso de Milito no aportó mucho más de lo que ya dieron otros nombres en esa posición y para Batista la búsqueda de la zaga central es prioritaria. Párrafo aparte para Gabriel Heinze-lateral. Una entrega descomunal pero que termina en barullo cuando pasa al ataque. No aporta mucho más y es otro tema de urgente solución en el futuro inmediato del Checho.
