Desde que Juan Manuel Fangio sumó el bicampeonato seguido para Mercedes en 1954 y ’55, la escudería no celebraba por duplicado. La sequía la rellenó Lewis Hamilton el domingo pasado, luego de coronarse en el Gran Premio de Estados Unidos, para, a tres carreras del final de la temporada de la Fórmula Uno, el inglés, de 30 años, nuevamente ser el campeón. Con el tricampeonato en la Máxima en el bolsillo se convirtió en "El deportista del finde" para DIARIO DE CUYO y comienza a crecer su leyenda con un amplio recorrido por delante, porque si hay algo que el moreno tiene es una ambición sin ningún tipo de freno: en la pelea interna que sostiene con su compañero, Nico Rosberg, está la muestra clara que los límites para él no existen.

Hamilton es un diamante en bruto al que fueron sacándole brillo. Desde los 8 años que largó en el karting, la gran escuela de los pilotos de la F1, todos posaron sus ojos en su capacidad. A los 12, McLaren le firmó un contrato. Fue la escudería con la que sumó su primer título en la F1 allá por el 2008, todo un récord por ser el más joven en la historia con sus, por entonces, 23 años y 10 meses. Luego, Sebastian Vettel lo superaría como precoz con el título en 2010 al tener 23 años y 4 meses.

Además, se erigió como el primer piloto moreno en ganar la Máxima. En ese sentido, cuando transitaba su segunda temporada y en un entrenamiento en Montmeló lo agredieron verbalmente por su color de piel. El patrón de la F1, Bernie Ecclestone, lo quiso matizar al hecho alegando que apuntaba a un "chiste". "El racismo no es un chiste", marcó terreno claramente Hamilton.

Aficionado de la velocidad, en las motos de carrera tiene una de sus debilidades. Cuentan que es una de las cláusulas que ubicó en el contrato con Mercedes cuando estampó la firma. Para darse una idea de lo que gana en salario Lewis, casi duplica a Lionel Messi. Mientras la Pulga embolsa en el Barcelona por mes 19 millones de pesos, el corredor acumula nada menos que 39 del billete argentino.

Su excentricidad es una marca registrada y por eso muchos de sus detractores lo catalogan como un campeón sin humildad. Le encanta la música, teniendo el rap, reggae y funky como sus tres ritmos predilectos. Hamilton no le escapa al "jet set", muy por el contrario se siente a gusto rodeado de modelos como Naomi Campbell y Sara Djjeh, con quienes se lo vinculó sentimentalmente. Incluso las cantantes Nicole Scherzinger y Rihanna, aparecen entre sus conquistas.

Con las tres coronas, Hamilton quedó a uno del podio que integran Alain Prost y su contemporáneo Vettel. Un titulo más adelante está el Chueco Fangio y con siete el más ganador de todos, Michael Schumacher, cuyo último campeonato en la F1 lo obtuvo a sus 35 años, pero recién se bajó de los bólidos con 43 abriles ya cumplidos. Es decir, a Hamilton la historia lo llama…