No le tiembla la voz para hablar de su pasado, cuando con apenas 10 años recorría las calles como vendedor ambulante. Tampoco se inmuta cuando recuerda que siendo las 2 o 3 de la mañana y en plena adolescencia le tocaba esquivar los peligros de la noche. Sumido en la pobreza y transitando la noche en plena adolescencia, la salida más fácil quizás hubiese sido caer en la adicción a las drogas o dedicarse a robar pero no. Enzo Fernández, el "Chimba", como lo conocen al sanjuanino en Buenos Aires, decidió ir por el camino que le inculcaron sus padres Víctor Hugo y Mónica con el único sueño de triunfar en el fútbol. Hoy, después de mucho sacrificio, el futbolista de Almagro, disputa la Primera Nacional y se sigue poniendo nuevas metas como llegar a la Primera División del fútbol argentino.
"El fútbol me cambió la vida. La calle me marcó mucho y me dejó enseñanzas pero después que me fui de San Juan mi vida cambió al 100%. El camino que hice hoy me permite disfrutar el doble"
"Me crié en la calle, anduve a las 3 de la mañana esquivando muchas cosas que hay en el ambiente pero me propuse llegar lejos, quería jugar al fútbol y sabía que por ese camino nunca lo iba hacer, todo se lo debo a mi familia", cuenta el "Chimba", el delantero de 25 años que en tres partidos como titular ya lleva anotados dos goles: ante Chacarita y ante Atlético Rafaela.
Enzo tiene 12 hermanos y cuenta que desde niño salió a la calle para ayudar a su familia. Los Fernández, oriundos de la Villa Unión en Chimbas aunque ahora viviendo en el barrio Las Calandrias, desde siempre se dedicaron a la venta ambulante de los productos que sea. El joven recuerda que apenas terminó la Primaria su papá Víctor Hugo lo hizo elegir: o seguir los estudios o trabajar, y Enzo optó por la segunda. "Siempre laburé de esto vendiendo en La Terminal o en el centro. Sufrí mucho porque la vida del vendedor ambulante es dura, la calle me dejó muchas enseñanzas y muchos valores, eso me lleva a disfrutar el doble hoy lo que me están pasando", expresa el "Chimba".
Si bien creció futbolísticamente en su club barrial, ya de adolescente jugó en Peñarol, San Martín y también en Desamparados, club por el cual simpatiza. Reconoce que le hubiese gustado seguir jugando en Sportivo pero en ese momento el club no quiso comprarle el pase y decidió emigrar. Pasó por Boxing de Río Gallegos, Sansinena de General Cerri y Villa Dálmine. Fue escalando y el destino futbolístico lo llevó hoy a estar jugando en Almagro, equipo que milita en la Primera Nacional. El pibe ahora puede vivir bien, darse sus gustos gracias al sueldo que siempre soñó pero a pesar de eso, el "Chimba" no olvida sus raíces y no puede dejar de lado el trabajo que tanto lo ayudó, es por eso que cada vez que viene a San Juan retoma su labor de vendedor ambulante: "En las vacaciones vendí inflables en la esquina de Cipolletti y Coll, lo hago porque me gusta, no es que estoy sobrado de plata pero me gusta la calle y es algo que no puedo dejar y además aprovecho para sacar unos mangos. Ahora también estoy vendiendo yerba", expresa.
El delantero gracias a su sueldo, ahorró y hace unas semanas viene de cumplir uno de los sueños que siempre añoró siendo pequeño, cuando decidió cambiar su infancia por tener que salir a trabajar. "Cuando era chico siempre decía que cuando jugara al fútbol llevaría a mi familia y hace poco lo hice. Ninguno conocía Buenos Aires entonces ahorré plata y compré cuatro pasajes, traje a mi mamá y mis tres hermanos más chicos, en un momento pensé en hacer un sorteo para que mis hermanos no se enojen", cuenta entre risas.
La presencia de la familia le trajo suerte al delantero, es que si bien venía entrando desde el banco le tocó jugar ese fin de semana de titular contra Chacarita y seguramente esa tarde no se la olvidará más porque marcó un gol: "Fue soñado. Yo los quería traer porque no conocían Buenos Aires y encima les pude dedicar un gol", manifiesta y agrega que ahora está juntando plata otra vez para llevar a su papá y a sus otros hermanos.
Su familia es el pilar más fuerte para el delantero sanjuanino, que sin dudas fueron la base para que el pibe llegue donde hoy está. "Ellos son todo y voy a seguir jugando y luchandola para darles lo mejor. Si no me metí en la droga o no me dediqué a robar fue por la enseñanza de mis viejos y eso siempre lo remarco. Tengo muchos amigos que eligieron lo fácil, las drogas y dejaron el fútbol y cuando yo los aconsejaba decían qué me va a venir a aconsejar el negro éste. Gracias a Dios yo fui por el camino del bien y por lo que me inculcó mi familia y por eso estoy donde estoy", comentó quien en Buenos Aires vive con Romina, una sanjuanina con la que tiene un noviazgo haca 6 años.
¿Cuál es mi sueño? Jugar en Primera y que toda mi familia esté en la tribuna. Se que lo puedo lograr porque siempre le apunto a la gloria", expresó el Chimba, el sanjuanino que se crió en la calle pero que hoy, triunfa en el fútbol argentino.