Que noche la de anoche Faltó que lloviera para que la fiesta fuese completa, porque el problema era que, no cada vez, pero en muchas ocasiones, la lluvia complotaba contra las reuniones boxísticas que se montaban en el predio de 25 por 50 metros, que desde principios de los años ’50 la señera entidad de Concepción tiene en calle Mendoza.
El Mocoroa, así se lo conoce popularmente al club cuyo socios fundadores colocaron el nombre del malogrado ídolo Julio Mocoroa, hombre que en los años ’20 protagonizó épicas batallas con Justo Suárez sobre los encordados porteños.
Hebe, hija de aquel hombre que falleció en el apogeo de su gloria pugilística, cuando tenía 25 años de edad (1930) fue quien junto a dos nietas recibió emocionada el afecto de la gente de San Juan que acudió a la cita. Ella, junto a los campeones mundiales Carolina Duer y Marcelo Domínguez, junto al periodista y relator Osvaldo Principi, fueron los invitados especiales.
El gobernador Sergio Uñac, con el ministro de Infraestructura, Julio Ortíz Andino y el secretario de Deportes Jorge Chica, junto a las autoridades de la entidad, el presidente Roberto Sosa y la campeona mundial Leonela Yúdica, cortaron la cinta colocada en el portón de entrada. Con esa acción efectuada bajo el fondo musical de la Banda de la Policía de la provincia, se inició un recorrido que incluyó el descubrimiento de una placa y el posterior grabado de las manos de los ilustres visitantes.
Tras un paseo por los vestuarios y el gimnasio ’Raúl Venerdini’ donde Uñac saludo a los hijos de quien fuera campeón nacional y sudamericano de los livianos, fallecido hace una semana.
El público ubicado en las gradas siguió por una pantalla gigante lo que acontecía en las entrañas del club. Posteriormente el ring se pobló de figuras, con la sorpresa de Sergio ’Maravilla’ Martínez que subió al cuadrilátero y compartió con los restantes el momento de honda emoción vivido bajo un relato de Principi que en su personal estilo rememoró momentos de la existencia de Mocoroa.
Los aplausos surgían espontáneos en cada una de las alocuciones, el sentimiento de felicidad generalizado trastocó en lágrimas de emoción, cuando por la pantalla gigante se emitió un video que mostró la metamorfosis que tuvieron las instalaciones del club desde el pasado 26 de diciembre hasta anoche cuando con las luces encendidas a pleno albergo en su seno a gran cantidad de sanjuaninos, muchos de ellos testigos de noches de acción vibrante.
Ahora la programación pugilística no se suspenderá aún cuando el cielo se venga abajo. El Mocoroa tiene techo y el público no deberá buscar un ‘plan B’. Si lo pensado era ‘ir al boxeo’, podrán hacerlo sin temor a que se suspenda la velada.