Complicado. El seleccionado argentino de fútbol quedó anoche a las puertas del escenario insólito de no ir al Mundial Rusia 2018, al empatar sin goles con su par de Perú, en la Bombonera.

 

Tal cual pidió Sampaoli en la previa del encuentro, sus dirigidos tuvieron un arranque frenético. Monopolizando la posesión del balón y dejando a Perú resignado a esperar con sus once jugadores en su campo. Pese a la supremacía territorial se repitió un mal de este equipo: la falta de profundidad.

Así, las opciones para marcar no fueron tantas como ante Venezuela (aquella vez en 15" generó seis opciones netas). La primera clara llegó a los 12" mediante el laboratorio: tras un córner atrás, Messi disparó y su remate, que tenía destino de gol, se desvió en el camino. Recién a los 23" Di María volvió a estar cerca, aunque su zurdazo desde el borde del área se elevó demasiado. Luego de la media hora, el asedio argentino disminuyó y Perú comenzó a salir jugando desde atrás. Creció en confianza y a los 33", tras un buen desborde por izquierda, a Farfán le faltó precisión para abrir el marcador.

Cerca del cierre hubo dos claras para Argentina: a los 37", Messi dejó a dos en el camino aunque su zurdazo salió apenas pegado al palo izquierdo de Gallese. Y sobre los 45", un centro quirúrgico de Lio encontró la cabeza de Benedetto que la tiró muy alta.

Argentina salió enfurecido en el complemento. Una muestra fue que antes del minuto, Benedetto casi grita pero se la tapó Gallese; en el rebote, Messi la tiró increíblemente afuera. Al toque, el ingresado Rigoni metió un zapatazo y otra vez el arquero peruano se lució. El mismo rol de héroe tuvo a los 11" ante una embestida del siempre empeñoso Acuña.

En el cuarto de hora, llegó una de las más claras con el desborde de Messi, su centro y Rigoni tocando de zurda desviado. A esa altura, en la Bombonera gritar un gol sonaba a utópico. Al menos esa era la sensación de los hinchas.

Encima, a los 22" el Pipa Benedetto volvió a fallar ante el gigante Gallese, por entonces ya la figura del partido. Hasta Mascherano, a los 31", se animó de media distancia y casi se convierte en héroe, pero el balón se fue apenas 50 centímetros alto.

Cuando el empate ya estaba sentenciado y Argentina se quedaba fuera de todo hasta el momento, llegó el sufrimiento con el tiro libre del interminable Paolo Guerrero, que sacó Romero al córner. Ya no hubo tiempo para más porque el árbitro Sampaio pitó por última vez. Fue empate, el tercero en los últimos tres partidos, justo en la recta final, que es cuando más duelen.

 

Claves

 

Tomó la iniciativa

El arranque mostró a un equipo argentino que buscó asfixiar y no dejar salir cómodo a su par peruano. Messi ofreció ese vértigo característico e innato que presagiaba emociones fuertes inmediatas.

Se quedó sin ideas

La presión argentina fue decreciendo, las piernas y la cabeza pesaron cada vez más en el complemento. A esa altura dependía de un Messi salvador o de algún remate de Mascherano. Incluso en el último minuto se salvó.