Había que verlos jugar. Metidos de lleno en el partido. Igual que los grandes. Sin importarles nada de lo que bajaba de las tribunas. Ellos estaban en su mundo. El del hockey sobre patines. La frescura, inocencia y capacidad con que jugaron son admirables. Bancaria levantó la Copa mayor. Olimpia fue el subcampeón. Pero ambos, igual que todos los equipos que participaron, dieron muestras que el hockey está vivo. Que tiene motivos para ilusionarse. Y que, por sobre todo, San Juan sigue siendo la cuna nacional de este deporte. No importa que haya divisiones dirigenciales a nivel nacional. Importa, en realidad, que éstos chicos crezcan paralelamente con sus capacidades deportivas. Porque dentro de algunos años, estos mismos protagonistas estarán deleitando a propios y extraños pero ya en primera división.

El torneo de premini (9 años) que brillantemente organizó el club Lomas de Rivadavia dejó bien expresado todo esto. Fue una semana de puras emociones. De lágrimas. De alegría, la mayoría, y de tristezas, algunas. Pero todas propias de la inocencia de los chicos. El acto de clausura sirvió para que otra vez estuvieran juntos. Y así se fueron. Felices…