Era partido controlado. Sin brillar, sin ser el de otras fechas, San Martín había hecho lo suyo, había sacado su ventaja con el gol de Emmanuel Mas a los 41’ del primer tiempo y tenía controlado a Rafaela. Iban 37’ del complemento y sería el principio del fin para un San Martín que estaba ganando un partido clave en la pelea por la permanencia. Metieron el centro al corazón del área, se elevó Lucas Landa, la alcanzó a peinar y con ese movimiento dejó sin chances a su propio arquero, Luis Ardente. Era gol en contra, pero cuando el segundo asistente, Francisco Noguera marcó el offside de César Carignano, a muchos les volvió el alma al cuerpo. Era alivio pero a los instantes fue impotencia porque el árbitro Néstor Pittana decidió convalidar el gol de Rafaela, desestimando la correcta apreciación de su asistente Noguera. Fue empate y San Martín se derrumbó. Y perdió lucidez, siguió atado a la polémica y cuando faltaban apenas 4’ para el final, Jonathan López metió el golpe de nocaut en Concepción, decretando un inmerecido triunfo de Rafaela por 2-1.

A esta hora, los lamentos sobran. San Martín no lo liquidó cuando debía liquidarlo y el finísimo hilo de la apreciación de un árbitro, lo dejó sin nada en un partido determinante para el descenso.

En el primer tiempo, el equipo de Perrone fue el que más propuso ante el mezquino esquema de Rafaela. El visitante se cerró bien atrás, le cortó los circuitos de generación a Luna y esperó una contra. La primera opción fue de San Martín y a través de Osorio quien llegó por el segundo palo y obligó a la respuesta de Sara. Rafaela casi concreta cuando Carrera pasó por sorpresa y quedó solo ante Ardente pero su remate dio en el palo. No podía entrarle San Martín pero a los 41’ la armaron entre Alderete y Caprari y definió Mas. Premio merecido.

En el segundo tiempo, la apuesta de Rafaela fue más audaz y cuando parecía que se iba de San Juan vacío, el polémico juego de las interpretaciones le entregó en bandeja tres puntos de oro. San Martín se quedó sin nada. Con la impotencia de saber que un fallo lo privó de sumar.