Después de la salida más septentrional en la historia del Tour de Francia desde Dinamarca, con tres etapas llenas de gente en las cunetas y poblaciones danesas, la 109ª edición de la ronda gala llega a suelo francés para la disputa de seis etapas en las que destaca el temido pavés (adoquinado), capaz de acabar con la fiesta de cualquiera, y con ‘La Super Planche des Belles Filles’ como primer final en alto.
Tras el viaje de traslado de Dinamarca a Francia hoy volverá la acción con los 171,5 kilómetros de recorrido entre Dunkerque y Calais. Una etapa de media montaña con seis cotas de cuarta categoría, en un escenario idóneo para una escapada si el pelotón lo permite.
El líder Wout van Aert y su equipo Jumbo-Visma pueden tener marcado en rojo este día, así como el de la quinta etapa de mañana con el pavés. Una jornada no nueva en el Tour, pero todavía atípica, con aires de ‘clásica’ en la que los van Aert, Mathieu van der Poel (Alpecin-Deceuninck) buscarán ganarla.
La semana se presenta bastante atractiva porque si bien es cierto aún no llegan las máximas alturas, todas cuentan con traicioneros tramos de los denominados ‘rompe piernas’.