Un paso más hacia la nada. Otro domingo para olvidar en esta cruda realidad que le toca vivir a un Sportivo Desamparados que sigue aturdido, confundido. Golpeado y lo peor, dando muestras de que está bajando los brazos. Esta vez, el golpe de nocaut se lo asestó Quilmes, aspirante al ascenso, que por mínimas virtudes propias y muchos defectos ajenos, goleó 3-0 en el Bicentenario y empujó a Desamparados al descenso directo a los seis capítulos para el final de esta temporada en la Primera B Nacional. Un golpe mortal tal vez. Una sentencia agria para un equipo como el Puyutano que le apuntará todo a jugar un Promoción como tabla de salvación. Sportivo jugó mal y perdió bien. Esa fue su realidad. Nunca pudo imponer condiciones ante un rival que no vino a meterse atrás en ningún momento y cometió errores elementales ante un conjunto que sabe lo que quiere. Así le fue también. Ahora, el horizonte es gris tirando a gris oscuro pero siempre hay esperanzas aunque este Desamparados hoy no brinde demasiados argumentos.
De entrada, y sabiendo de sus necesidades, Sportivo intentó presionar a Quilmes bien arriba pero la reacción del Cervecero fue inmediata y le emparejó la pelea en el medio. Ahí, Desamparados empezó a nublarse. No tuvo juego, no llegó con peligro más allá de un tiro libre de Drocco que le sacó Trípodi. Pero a los 25’ empezaría el principio del fin para el Puyutano cuando Caneo amagó en el área y Lamberti apenas lo tocó pero suficiente para que Echenique marcara penal. Caneo no se equivocó y Quilmes, en la primera que tuvo, ya mandaba. Se intentó sacudir Sportivo y le faltó algo de fortuna como para empatar cuando Parisi no llegó a conectar debajo del arco un centro de Anivole. Y claro, en este torneo el que perdona, pierde y Sportivo lo vivió en carne propia porque a los 46’ Quilmes lo liquidó cuando Martín Cauteruccio apareció solo en el área para definir ante Aguiar y poner el 2-0 del que Desamparados nunca más se recuperaría.
En el entretiempo, Arzubialde intentó buscar esa reacción con un cambio de sistema y de nombres pero los ingresos de Cuevas y de Artura no pudieron darle oxígeno a un Desamparados confundido y aturdido. Fue por inercia en esos primeros 15’ del complemento pero sin convicciones. Atacó con lo que tenía a mano pero no fue suficiente ni siquiera para el descuento y sobre los 26’ de esta segunda parte, se terminaría. Ezequiel Rescaldani, recién ingresado, apareció nuevamente solo en el área de Sportivo y con tiempo para todo, eligió donde definir y puso el 3-0 lapidario.
Lo que restó de partido fue para ver impotencia dentro y afuera del campo de juego. Con algunos incidentes en la Popular primero y con la resignación del equipo en cancha. Sportivo perdió algo más que un partido ante Quilmes y eso tal vez sea lo que mas preocupe. Dio la imagen de un equipo ya resignado y eso en la pelea que sostiene, lo puede condenar demasiado pronto a lo que todos temen.

