El capítulo bochornoso que se vivió el jueves en el predio de Ezeiza de la AFA con la votación frustrada para conocer al nuevo presidente del fútbol argentino, tuvo anoche su correlato en nuestra provincia en lo que debía ser el primer capítulo de una semifinal de la Liga Nacional A1 masculina de hockey sobre patines. El desconcierto, las dudas, la falta de sentido común y varias situaciones negativas más, armaron un cuadro insólito en la cancha de Concepción, donde el local abría la serie contra el SEC. Una imagen vale más que mil palabras se suele decir y eso pasó en la pista del Azul cuando uno de los árbitros, Roberto González, esperaba que la lluvia mermara y así volver a jugar el encuentro (se disputaron apenas 7m06s), mientras que su compañero de dupla, Armando Vieyra, ya se había ido hacia el estadio techado de Unión para continuar el choque. En el ‘medio’, los jugadores. Es que los locales esperaban todos debajo del corralito del banco de suplentes, pero sus rivales algunos estaban en el vestuario, otros ya iban camino a Rawson, mientras que Ariel Romero y Daniel Kenan esperaban en la cancha una decisión final para saber qué hacer de una vez por todas.
A todo esto, el técnico de Concepción, Miguel Belbruno, hablaba por teléfono con el máximo dirigente del CEC, Pablo Avila, quien según el DT le aseguraba que se debía continuar en Unión. Pero el propio González decidía aguardar unos pocos minutos más para ver si la lluvia se detenía, tal cual lo amparaba el reglamento. Al final, al cierre de la edición se medían en Unión.
¿Por qué no se decidió antes de empezar el encuentro el traslado a la cancha del Azul sabiendo que el pronóstico era de lluvia? Debido que Concepción pretendía hacer pesar su localía y del lado dirigencial no querían que una decisión ‘apresurada’ se tomara como un perjuicio para el CPC. “Es todo muy desprolijo. Me da mucha tristeza y bronca que pasen estas cosas”, resumió de manera sabia David Páez sobre el espectáculo tragicómico vivido anoche en la Villa Mallea. Otra mancha más…
