El uruguayo Andrés Cunha quedó en el otro extremo de la recomendación que un árbitro debe pasar desapercibido en un partido y pasó a ser ya uno de los personajes más notorios de la Copa América Centenario, al convalidar el gol que convirtió ayudándose con la mano el peruano Raúl Ruidiaz y que significó además la pronta eliminación del seleccionado brasileño. Por semejante motivo se ‘ganó’ ser ‘El personaje del finde’ para DIARIO DE CUYO.
El único gol del partido que valió que Perú clasificara primero en la Zona B y que Brasil quedara relegado al tercer puesto por detrás de Ecuador llegó luego de un suspenso que parecía interminable. Es que el árbitro estaba esperando apoyo de la tecnología para convalidar o anular la jugada.
Nacido el 8 de septiembre de 1976, Cunha se está convirtiendo en un abonado a la polémica. No pudo concretar su sueño de ser futbolista profesional (jugó en segunda división de su país) y a los 24 años dejó los libros de periodismo deportivo para comenzar la carrera del referato.
Fue subiendo la escalera a paso firme y el 2015 prácticamente fue de ensueño. Resultó escogido como el mejor árbitro de su país por el diario El Observador y dirigió en la Copa América que se disputó en Chile, en sustitución de su compatriota Darío Ubríaco, quien se lesionó a último momento. Cumplió un buen papel, al punto que fue considerado para dirigir la final entre Chile y Argentina, aunque finalmente fue escogido el colombiano Wilkmar Roldán. Los incidentes en el partido Chile-Uruguay, por el dedo del chileno Jara sobre Cavani, fueron un factor en esa decisión.
A la Copa América Centenario, Cunha llegó con otra polémica. En un partido entre Wanderers y Peñarol, el árbitro no cobró dos penales a favor del aurinegro, por tocar la pelota con la mano un mismo defensor, en dos jugadas diferentes. La dirigencia de Peñarol quedó tan indignada que aseguró que Cunha perjudicó al equipo a lo largo de todo el torneo y solicitó que se revocara su nombramiento a la Copa América.
Los 3 minutos y 58 segundos que demoró antenoche para convalidar el gol de Ruidíaz alimentaron mucho más la polémica. En esta Copa América el árbitro puede apoyarse en la tecnología solamente para saber si la pelota pasó completa la línea de gol. El uruguayo pidió por el intercomunicador que le dijeran si en la repetición se puede apreciar si hay o no mano y le recordaron que eso no es reglamentario todavía. Entonces consultó a sus asistentes y, esquivando a los jugadores de los dos seleccionados que buscaban convencerlo (todos hablando tapándose la boca), decidió ratificar lo que amagó ni bien se consumó la jugada, apuntar al mediocampo. En Perú se olvidaron por un día las divisiones que hay por las elecciones presidenciales y en Brasil se habló de oprobio, como tituló el diario deportivo Lance. Curiosamente, los medios apuntaron más al flojo desempeño del equipo de Dunga que a la actuación del árbitro. Claro que Brasil sabe de ‘ayudas’, tal cual le ocurrió en la Copa América de 1995 cuando el árbitro del choque entre Argentina y la verdeamarella no observó que Tulio bajó el balón con la mano, previo al tanto que le dio la clasificación a semifinales a los pentacampeones. Ese día, el árbitro era peruano…
De todos modos y volviendo a Cunha, su nombre está en todos los medios deportivos latinoamericanos. Pasó a ser conocido como el árbitro que quiso apoyarse en la tecnología para tomar una decisión, aunque todavía no está permitido.

