En la Villa, todo cuesta. El sufrimiento parece ser una bandera de este equipo que nunca baja los brazos y que ayer, para poder vencer al enjundioso Del Bono tuvo que dejar todo hasta el instante final. Le alcanzó la entrega para ganarlo por 2-1 pero le costó demasiado someter el entusiasmo de un equipo Bodeguero que se acordó de jugar en los últimos 20’ de partido. Lo empezó ganando la Villa con una especialidad de la casa: la pelota detenida. Iban 16’ del primer tiempo y de un córner desde la izquierda hecho por Lepe, apareció en el segundo palo más que solo el capitán Roberto Soria para clavar la pelota en el ángulo superior derecho de Navarro. Un gol de laboratorio que abría un partido duro, trabado, con demasiadas marcas y pocas ideas para intentar jugar. Después de ese primer gol, la Villa se acomodó un poco mejor en la cancha y tuvo algunos espacios para castigar en la contra, en especial con las proyecciones de su mejor jugador, Roberto Martín. Un problema sin solución que siempre que encaró por la derecha, le ganó el duelo a Gerardo Pinto y buscó a los puntas, Reyes y Steiner, con continuidad. Faltó precisión para la definición y eso sería una condena para el complemento.

Es que en la segunda parte, Piozzi cambió de formato y mandó a Aspitía para cortarle salida a Martín sobre la derecha y luego, con el ingreso de Marcos Quiroga, encontró algo de fútbol como para llegar a inquietar a Leo Avila. Claro, ese adelantamiento de Del Bono le ofreció espacios para los contragolpes de la Villa y por Navarro que sacó dos pelotas infernales (primero a Reyes y luego a Martín), se mantuvo esa mínima diferencia. A los 26’ con el viento de aliado, un pelotazo de Molina casi se le mete por detrás a Avila pero lo salvó el travesaño. Así se calentó en serio el partido y fue ver cómo Del Bono atacaba con lo que tenía ante la férrea marca de un Villa Obrera agazapado que esperaba el golpe final. En los últimos cinco minutos de partido se generó toda la polémica porque a los 43’ Nico Molina metió el bombazo desde fuera del área, la pelota le picó antes a Avila y dio rebote justo para el sector donde Hugo Castro y más atrás Marcos Quiroga entraban. Lo definió Marquitos pero el empate quedó anulado por el offside de Castro. Lo reclamaron todos en Del Bono pero sin eco.

Y en la contra siguiente, Franco Lepe definió con precisión para vencer a Navarro y poner el 2-0 que parecía definitivo pero exagerado porque Del Bono apostó la última ficha a su enorme corazón y en descuento, Hugo Castro marcó el 1-2 que sintetizó mejor lo que fue un partido durísimo en el que a la Villa no le sobró demasiado para terminar festejando ante un rival complicado.