Estudiantes y Gimnasia defraudaron ayer porque a lo largo de los 90 noventa minutos hicieron poco y nada, por momentos se repartieron el dominio, pero como ninguno logró lastimar al otro esta nueva versión del clásico de La Plata terminó 0-0.
Los dos tuvieron las mismas carencias, les faltó alguien que generara fútbol, por eso hubo mucha lucha y alguna pierna fuerte, y por consiguiente generar peligro cierto fue un trabajo titánico.
En el arranque del partido, Estudiantes comenzó mejor porque se adueñó del campo y la pelota, pero no creó peligro. Por el contrario, Gimnasia se abroqueló bien en el fondo, y de contraataque dispuso de las situaciones más claras. A los 4’, Jorge Rojas sacó un remate que sacó Agustín Silva y, a los 39’, un cabezazo de Fernández provocó otra atajada del arquero Pincharrata.
A pesar de cierto dominio el equipo dirigido por Mauricio Pellegrino recién llegó con cierto riesgo a los 43’, cuando Ezequiel Cerutti remató pero fue contenido por Fernando Monetti.
En el comienzo del segundo período Estudiantes fue más porque decidió adelantarse, y encerró a Gimnasia contra su campo, pero le faltó precisión. Aunque pasados los 20’, el cansancio, la falta de ideas e individualidades, pudieron ser las razones de la falta de efectividad. Lo único concreto fue que el 0-0 resultó justo, pero sobre todo reflejó lo poco que hicieron ambos equipos.
La Plata quedó igualada y sin goles en el clásico

