O pasar de largo o levantarse muy temprano. Otra vez, y tal como sucede en cada inicio de año, las dudas ya históricas que plantea la Fórmula 1 para los hinchas de esta parte del mundo vuelven a asomar. Desde las 3 del sábado (hora argentina), la Fórmula 1 empezará a moverse en Australia, en la primera fecha de la temporada. Y la temporada que se avecina genera una gran expectativa por los profundos cambios que introdujo la categoría, no sólo para mejorar el espectáculo, sino para hacerle frente a las crisis mundial. Hubo tantos cambios, que los especialistas hablan de una revolución reglamentaria de la F1.
Con los ensayos y la clasificación en la madrugada del sábado, comenzará la actividad en el circuito australiano de Albert Park. Y finalmente se podrán ver en acción a los nuevos autos. Este año, los autos presentarán una estética retro debido a la casi total ausencia de ayudas aerodinámicas. La carrocería de los monoplazas será prácticamente lisa, el alerón trasero será más alto y estrecho y el delantero, movible, será más ancho y cercano al suelo. Con estos cambios se busca que haya más sobrepasos (ver infografía).
Los monoplazas a su vez volverán a utilizar neumáticos ‘slicks’ (lisos), que habían sido prohibidos en 1998. Estas gomas ofrecen un 20 por ciento más de agarre que los neumáticos estriados, por lo se espera más acción en las curvas.
Por otro lado, la crisis financiera mundial obligó a la FIA a obligar a los equipos a reducir los costos para intentar paliar los efectos de esta época de ‘vacas flacas’. El año pasado fue Super Aguri quien se vio obligada a abandonar el campeonato ya con varias carreras disputadas, y el pasado mes de diciembre, Honda sacudió el ambiente al despedirse de la Fórmula 1, aunque finalmente la escudería fue comprada por su ex jefe de equipo y ahora se llama BrawnGP.
Aunque 2010 será la temporada en la que entrarán en vigor las medidas de ahorro económico más agresivas, esta campaña, los pilotos empezarán a notar las consecuencias de la crisis. No sólo Fernando Alonso y Nelsinho Piquet, que accedieron a reducir sus salarios, serán los afectados.
Así, la FIA decidió suprimir los entrenamientos durante la temporada (y hasta el 31 de diciembre), lo que impedirá a los equipos evolucionar los monoplazas tanto como en años anteriores. Se amplió la duración de los motores y se restringieron las pruebas aerodinámicas (ver infografía).
A su vez, las fábricas deberán cerrar seis semanas por año y la mano de obra en un fin de semana de carreras debe ser reducida por medio de varias medidas, incluyendo la de compartir información de neumáticos y combustible entre escuderías, para eliminar la necesidad de ‘espías’.
La temporada pinta para ser toda una incógnita, algo que para la Fórmula 1, es toda una promesa de show.

