Desde La Plata a La Boca. Y desde ahí a cada rincón en el que un hincha se puso la camiseta azul y amarilla para festejar. Boca gritó bicampeón. Y la fiesta interminable tuvo infinitos puntos de encuentro.

 

Mientras los jugadores sufrían hasta el final y largaban el grito de desahogo en el cierre del 2-2, en la cancha de Boca ya estaba montada una fiesta multitudinaria.

 

Los hinchas coparon el estadio desde temprano cuando se abrieron las puertas y fueron ingresando con entrada libre y gratuita. Poco a poco se poblaron las tribunas y, cuando el micro de los jugadores transitaba la autopista camino desde La Plata, ya no cabía un alfiler en el estadio.