Con un ataque de aquellos que solía dar cuando tenía muchos menos abriles de los 37 que lleva muy bien ahora, y ganaba más seguido de paso, Ricardo Julio, el capitán del equipo de la Municipalidad de Pocito se quedó ayer con la primera etapa de la Vuelta a los Valles Iglesianos, que forma parte de la temporada ciclista sanjuanina.

El popular Turco de La Rinconada que encabezó una persecución de cuatro hombres para alcanzar a un trío puntero, pegó un estiletazo de esos que dejan malheridos a sus rivales y cruzó la línea de meta en soledad con 52 segundos de ventaja sobre el resto del pelotón.

La prueba que organiza la subcomisión de ciclismo del Club Del Bono tuvo alternativas interesantes que se potenciaron porque el viento castigó impiadosamente a los corredores. Contó con 67 participantes por ausencia de varios conjuntos (Full Time, Municipalidad de Rivadavia/Forjar y Mardán), un número interesante, teniendo en cuenta que muchos corredores individuales no viajaron porque no tuvieron el presupuesto mínimo necesario.

La prueba se largó a las 17,45, un poco tarde, lo que provocó que en vez de dar cuatro giros al circuito en Rodeo, se diesen tres para evitar inconvenientes con la luz natural.

Ese recorte jugó a favor de Julio, quien junto a Pedro González (Municipalidad de Rawson/Casa Lista/Tarjeta Nevada), Juan Pablo Dotti (Agrupación Virgen de Fátima) y Elías Pereyra (Sindicato Empleados Públicos) dieron caza, antes de ingresar a los circuitos en Rodeo, a los tres hombres que lideraban la competencia desde el viaje hasta Angualasto: Cristian Romero y Franco Lopardo (SEP) y Carlos Toledo.

El grupo de siete hombres le llevaba 1m.51s. al pelotón. En el circuito de 13 kilómetros comenzó otra carrera, que tuvo en el primer embalaje bonificado (al pasar por la línea de meta en el primer giro) un resultado lógico: Elías Pereyra, sprinter nato venció a Juan Pablo Dotti, rodador ágil para embalar. Si llegaba el grupo armado las posibilidades de Julio se reducían considerablemente, por eso el capitán del conjunto pocitano no tenía más alternativa que intentar la heroica.

Cuando los hombres que ganaron los 3 y 2 segundos de bonificación se llamaron a sosiego, Julio metió la sexta marcha y por calle Santo Domingo comenzó a escribir la historia decisiva de la etapa. Llegó al derivador que lleva a Angualasto con 20 segundos de ventaja, se quedó con los 3 segundos de la segunda meta bonificada y, como sus seis perseguidores no se ponían de acuerdo, la ventaja aumentaba considerablemente.

Cuando los directivos se dieron cuenta que si no acortaban la carrera se les hacía la noche, quedaban 13 kilómetros y el pelotón, que se había disgregado en varios pedazos porque los ‘piqueteros‘ cerraron la escalera, no tuvo la suficiente fortaleza para tratar de achicarle al pocitano. Alcanzaron a los seis escoltas y cuando quisieron armar una persecución ya no les quedaban kilómetros ni tiempo.

El Turco volvió a ser aquel que en la década de los noventa ganó dos Mendoza-San Juan. El que con sus 37 años sigue entrenando con la pasión de un pibe. El que hoy por la mañana dejará la vida para tratar de mantener la camiseta de líder.