Lejos de ese bochornoso cierre, hubo un partido intenso, duro. Lógico de lo que genera la cancha de la Villa y donde el local, tiene la fórmula ara hacerse invencible porque hasta ayer llevaba 5 presentaciones en su casa con 5 triunfos y ahora resta la definición de este que ganaba por 2-1 con goles de Andrés González y de Roberto Soria. Trinidad, que necesitaba los tres puntos para acariciar la clasificación, descontó a través de Guillermo Pereyra y por momentos se lo complicó demasiado a Villa Obrera que terminó pidiendo la hora aún cuando todavía lo tenía al Tato González en la cancha. En el primer tiempo, el madrugón fue de la Villa que con sus tres puntas presionó bien y a los 4’ tras una trepada de Rodrigo Jofré que llegó hasta el fondo y metió el centro para la media vuelta de Andrés González, empezó a ser ganador. Trinidad le respondió a pie firme y a los 31’ tras un penal de Lepe, el Guille Pereyra puso el 1-1 parcial y merecido. En el complemento, Soria ganó por abajo en un corner a los 17’ y establecía el 2-1 para la Villa. Pero la locura frenó todo y varios se quedaron con las ganas.
Jugando, la Villa repetía su fórmula

