El marco se correspondió con la pelea. Una multitud vibró en Londres y disfrutó de una velada que quedará grabada en la historia del boxeo. Fueron 90 mil personas las que colmaron el mítico estadio de Wembley y festejaron el triunfo del local Anthony Joshua que se quedó con el título mundial de los pesos pesados al vencer por nocaut técnico en el úndecimo round al ucraniano Vladimir Klitschko.
Era la lucha entre dos generaciones. Entre el histórico ganador y el joven noqueador. El ucraniano, con 41 años, y 17 meses después de su inesperada caída ante el también británico Tyson Fury, buscaba recuperar sus cinturones. Pero enfrente estaba el local, campeón olímpico en Londres 2012 y 14 años más joven, que no sabe lo que es perder en su carrera y ahora hilvana 19 triunfos.
La pelea fue emotiva y con pasajes en los que ambos estuvieron al borde del triunfo por nocaut. En los primeros asaltos, Joshua llevó la iniciativa y comenzó a tomar ventajas en las tarjetas, aunque no había mucha acción y se medían más de lo que se lastimaban. Hasta que en el quinto asalto llegó la primera bisagra de la velada cuando el local mandó a la lona a Klitschko.
Cuando parecía que el británico se disponía a liquidar a su rival, el gigante se despertó y demostró que no estaba vencido. El sexto round fue el mejor ejemplo. Ahí se vio lo mejor del ucraniano, que derrumbó al campeón defensor con un gancho de derecha a la mandíbula y estuvo a punto de lograr el nocaut. Desbordado como nunca había estado en su carrera, el inglés buscó aferrarse a su rival e incluso comenzó a hablarle. Por ese entonces, la pelea volvía a equipararse.
El público empezó a alentar al local. Con las tarjetas muy parejas y un final cerrado, en el undécimo asalto apareció Joshua en toda su dimensión. Salió a ganar y se lo llevó puesto a Klitschko. Primero lo sacudió con un gancho de derecha a la mandíbula del ucraniano, que fue a la lona. Se levantó, pero ya estaba tambaleando. Y el local le dio el golpe de gracia. Alcanzó con un par de combinaciones para que el arbitro diera por finalizado el combate.
Una pelea histórica, por marco y por lo mostrado en el cuadrilátero, con dos boxeadores en puntos opuestos en sus carreras pero que demostraron estar a la altura.
La derrota del veterano ucraniano de 41 años parece poner fin a su reinado en los pesos pesados, que duró cerca de una década, hasta que Tyson Fury le destronó en noviembre de 2015.
"En las reglas del boxeo, dejas tu ego en la puerta y respetas a tu rival. Un gran tributo a Wladimir Klitschko", señaló el británico después del triunfo.
"¿Qué puedo decir? 19-0, en tres años y medio. Como he dicho, no soy perfecto, pero lo intento", añadió Joshua, campeón olímpico en Londres-2012.
El duelo tenía tres cinturones en juego, ya además del que defendía Joshua de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), estaban en disputa el título de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y el de la Organización Internacional de Boxeo (OIB).
Con la velada en Wembley, a la que asistieron alrededor de 90.000 espectadores, se igualó el récord de asistencia en un combate en esas latitudes: en 1939 también 90.000 aficionados asistieron al White City Stadium de Londres para ver la pelea entre Len Harvey y Jock McAvoy.