El entrenador de Boca Juniors, Jorge Almirón, está en el centro de la escena por el bajo rendimiento de su equipo, agravado por la derrota ante River por 2 a 0, a dos días del partido ante Palmeiras en Brasil, por la vuelta de una de las semifinales de la Copa Libertadores de América.
Tras el empate sin goles con el "Verdao" en la Bombonera, si Boca no llega a la final de la Libertadores el DT vería peligrar su continuidad, más allá de que su contrato vence a fin de año. En el "mundo Boca", conformado por dirigentes e hinchas, se le critica al director técnico que el equipo muy pocas veces mostró una línea de juego pese a sus constantes cambios de futbolistas y de esquemas.
En el club de La Ribera se valora la clasificación a las semifinales de la Libertadores, aunque haya pasado por penales ante Nacional de Montevideo y Racing tras empatar los cuatro partidos, pero las estadísticas y el juego del equipo están en su contra. Desde su llegada, después de la salida de Hugo Ibarra, el 10 de abril pasado, de 36 partidos que dirigió, sólo en uno Almirón repitió el equipo. Y de los últimos 13 encuentros, sólo ganó dos, ante Platense y Central Córdoba por la Copa de la Liga Profesional.
Cuentan que su relación con Juan Román Riquelme, responsable del Consejo de Fútbol, tiene altibajos desde aquella madrugada en que el vicepresidente xeneize esperó al plantel y al cuerpo técnico después de la dura goleada sufrida ante Godoy Cruz por 4 a 0.
Después, el equipo tuvo una reacción y estuvo 12 partidos sin perder, y hasta en algunos momentos tuvo una identidad de juego. Tras la caída en el Superclásico, Román fue hasta el vestuario boquense y brindó apoyo a los futbolistas: Saludó uno por uno a los jugadores y luego a los integrantes del cuerpo técnico como un mensaje de que había que ponerse rápidamente de pie, ya que en Brasil el Xeneize se jugará el gran objetivo futbolístico del año.
Al respecto, Edinson Cavani subió ayer en su cuenta de Instagram algo que define este momento: "No se afloja, para adelante siempre muchachos". Por eso, cuando el plantel se reintegró a los entrenamientos, la idea era la de "hacer borrón y cuenta nueva".
El partido de pasado mañana se jugará en el Allianz Park de San Pablo, con piso de césped sintético.
En la práctica hubo dos novedades importantes: no se entrenaron los defensores Marcos Rojo y Nicolás Figal; y finalmente el plantel no trabajó en césped sintético, que era una de las posibilidades debido al tipo de piso que hay en el Allianz Park de San Pablo. Los dos zagueros titulares se encuentran con distintas contracturas en sus gemelos y los cuidarán para que lleguen al partido.
En cuanto a la práctica, se realizó en una de las canchas de césped natural del predio de Ezeiza ya que la única que hay de sintético no es igual a la que tiene el estadio del Palmeiras. El Allianz Park lleva casi tres años con esta modalidad de césped que le ha dado muchos réditos, algo que deberá ser tomado muy en cuenta por los jugadores boquenses.
El Xeneize se entrenará hoy desde las 9 en Ezeiza y después de almorzar en el predio partirán a Brasil a las 14. Y mañana el plantel practicará en el complejo del Corinthians. Para Boca hay reservadas 2.200 entradas generales a un valor de 30 mil pesos cada una.