Son esas noticias que revolucionan al mundo. Viajan de un continente al otro y cruzan los océanos que sean necesarios para expandirse. Más aún en la era de la tecnología que permite con un solo clic en el celular o en la computadora saber qué sucede a miles de kilómetros de distancia. ¿De qué se trata? De la próxima llegada de Josep Guardiola al banco de la selección de fútbol de Brasil. El gran Pep, que se tomó descanso a mitad de año tras cerrar el ciclo más exitoso en la historia del Barcelona de España, ya tendría tomada la decisión de aceptar el cargo cuando se lo ofrezcan los popes dirigenciales brasileros y así comandar al pentacampeón mundial en el torneo ecuménico que ellos organizarán el próximo año.

"El único equipo del mundo que comenzaría a entrenar mañana es la Selección. Y seré campeón del mundo con Brasil", según la agencia internacional de noticias DPA, esta fue la frase que el excoach de Lionel Messi le aseguró a uno de sus allegados para dejar en claro su postura en el futuro inmediato. A sus 41 años, Brasil sería su segundo trabajo como técnico luego de un periodo de poco menos de cinco años a lo largo de los cuales obtuvo 15 títulos con el Barcelona. Se trata, para muchos, del conductor del mejor equipo de todos los tiempos, claro, con Messi a la cabeza de esa constelación de estrellas.

La puerta para que Guardiola tome las riendas de la verdeamarela se abrió hace dos días cuando echaron de su cargo a Mano Menezes, pese al triunfo por penales en la Bombonera ante la Argentina por la revancha del Superclásico de las Américas. De ahí largó la carrera por la sucesión en uno de los bancos más codiciados del mundo dentro del fútbol. Junto a Guardiola sonó fuerte Felipe Scolari, DT campeón mundial en Japón-Corea 2002. Pero el catalán seduce por todos lados, más allá que su salario anual no sería inferior a los 10 millones de euros libres que facturó en su última temporada conduciendo al Barcelona.

Su perfil bajo, la simpleza de sus conceptos y el carisma para contagiar, son sus cartas de presentación. En estos días puede ser su decálogo para buscar la sexta corona brasileña.