Calles desoladas y un silencio absoluto. Sólo el audio de los televisores y el llanto de Mascherano anunciando su adiós que se mezclaba con las lágrimas de los sanjuaninos. Ese final desolador fue la peor postal en el mediodía de ayer apenas consumada la eliminación de la Selección argentina ante Francia.
El microcentro sanjuanino estaba preparado para los festejos, pero terminó siendo todo lo contrario. Desde muy temprano la ansiedad de los sanjuaninos hizo que media hora antes se colmaran los cafés en los alrededores de la Plaza 25. Lo mismo pasó en la nueva peatonal donde la Municipalidad de la Capital montó una pantalla gigante y allí se agolparon cerca de 200 hinchas para vivir el partido. En tanto, en las puertas del estadio "Aldo Cantoni" otro centenar llegó para ver el encuentro en el palacio de los deportes.
Era tanto el nerviosismo desde el comienzo mismo que pocos se animaron a cantar y mucho más cuando Griezmann de penal, abrió el marcador. Recién con el golazo de Di María los fanáticos estallaron en aliento. Así el entretiempo pasó volando y la alegría fue aún mayor cuando Mercado marcó el 2-1, el "Vamos, vamos Argentina…" retumbó en las calles sanjuaninas pero esa felicidad duró poco porque nuevamente el silencio invadió cuando llegó un nuevo golpe de Francia. El final fue con los hinchas rezando, implorando que llegara el milagro, que la postal del grito agónico como sucedió ante Nigeria se repitiera, pero eso no pasó y el pitazo final del árbitro iraní terminó derrumbando la esperanza argentina en el Mundial.
Muchos rápidamente dejaron sus lugares y partieron. Otros, llorando, se quedaron como esperando una explicación. Mientras Mascherano anunciaba su adiós en la Selección, quienes se quedaron hasta el final lo aplaudieron y así le bajaron el telón a una jornada negra que le puso fin al sueño de ser campeón. Será Qatar donde se renueve la ilusión.
