La actitud es una cosa, la prepotencia es otra. Poner todo no es poner mal, ir fuerte no es ir con mala intención. Eso parece que no se entendió demasiado en el esperado cruce entre Atlético Alianza y Sportivo Desamparados por la fecha 17 del Federal B. Es que no tiene explicación alguna que en los primeros 3 minutos de partido se cruzaran todos, absolutamente todos, en una pelea general que terminó con 4 expulsiones y el nacimiento de otro partido. Porque en un estadio que invita a jugar como el Bicentenario, dar la ventaja de dos menos implica hacer otro planteo, jugar a otra cosa. Fue una escena que nadie esperó porque de un lateral que esperaba Bejarano en la puerta del área, llegó el roce con Pereira, después un par de empujones de Alaniz para Costi, el tumulto general para que en el medio, Maldonado se cruzara mal con Russo. En síntesis, obligación para el juez Gabriel González de expulsar. Se fueron dos por bando y Alianza fue el que quedó mejor parado tras ese escándalo. Jugó mejor en el reinicio, aprovechó los espacios y en la primera que armó, Ricardo Avila clavó un golazo para abrir el marcador. En Sportivo pidieron offside pero el asistente Fernando Rodríguez -de gran protagonismo- lo ignoró. Alianza sacó ventaja y tuvo de plus esa calma que Desamparados no tenía. Entonces en cada contra del Lechuzo parecía que se definía todo pero Alaniz dos veces y Avila una vez más, perdonaron. Eso sería fatal porque el corazón de Desamparados emparejó las cosas para ir al frente. Terrero y Davio complicaron arriba peleando todas, Galvez se agigantó desde el fondo y así, cuando se iba ese accidentado primer tiempo, de un tiro libre de Terrero que Jairo Diaz dudó en sacar al corner o asegurar, quedó el rebote para que Ferreira empatara de atropellada.

En el complemento se calmaron algo las cosas y con tanto espacio libre, se abrió el partido. Alianza tuvo un par de ocasiones claras pero Sambor respondió muy bien, mientras que en el final casi, Rebecco obligó a la atajada del partido de Jairo Díaz cuando sacó al corner una pelota que se le clavaba en el ángulo. Davio más tarde tuvo el triunfo tras un pase de Ramírez pero no pudo con el arquero Lechuzo. No había tiempo para más. No se pudieron sacar ventajas.

Este Alianza-Desamparados en condiciones normales debió ser otro partido. Los traicionaron los nervios hasta confundir actitud con prepotencia. Ese error terminó dejándolos sin nada cuando los dos tenían algo más para ofrecer. Lo jugaron a muerte, intensamente. Tanto, que se quedaron con las ganas y debiendo mucho más por lo que tienen para proponer desde lo futbolístico.