Negativo. El presidente de la FIFA no pudo ver la final.

 

El presidente de FIFA, el suizo Gianni Infantino, y el titular de Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, retornaron ayer por la tarde a sus países de origen, luego de la fallida Superfinal de Copa Libertadores entre River y Boca, pero en pocos días volverán a estar en contacto con Argentina y con esta por ahora indefinida contienda sudamericana.

Infantino y Domínguez se alojaron en un lujoso hotel del centro porteño y alrededor de las 16.30 partieron simultáneamente hacia sus respectivos destinos.

Infantino estará de vuelta en Buenos Aires el próximo jueves, ya que el viernes ofrecerá una charla sobre marketing y conducción en el marco de la reunión del G20 que se realizará el 30 de noviembre y 1 de diciembre. El máximo directivo tuvo intervención directa el sábado cuando afirmó en la reunión con Dominguez y los presidentes de Boca y River que el partido debía jugarse "sí o sí", algo que finalmente no ocurrió por la unión de ambos clubes en esa medida.

En tanto, Domínguez tutelará mañana, a las 10, en la sede de Conmebol en la ciudad de Luque, a 50 kilómetros de Asunción, una reunión decisiva con los presidentes de River, Rodolfo D"Onofrio, y de Boca, Daniel Angelici (ayer por la tarde almorzó en su quinta de Pilar con Carlos Tevez), para definir el futuro de esta Superfinal, que fue postergada ayer por la Conmebol, sin fecha definida.