Sin que le sobren demasiados argumentos pero tal vez con más actitud que un timorato Argentinos Juniors, Independiente empezó a ver la luz en el ciclo Garnero al vencer por 1-0 en el partido de ida de la serie eliminatoria de la Copa Sudamericana. El único gol del partido lo marcó el defensor Leonel Galeano, de cabeza, a los 8 minutos del primer tiempo. Ese gol, más allá del significado numérico, le dio otro rumbo al partido porque Independiente encontró otros tiempos para manejar la pelota y sus ansiedades. Con eso, el equipo del Dany Garnero mostró algunos chispazos de lo que pretende su entrenador y exige su historia. Nico Martínez se asoció bien con los dos puntas, Parra y Silvera, para llegar con profundidad. El primer tiempo tuvo como justo y merecido ganador al Rojo por su juego, el gol y su actitud. Argentinos nunca se soltó. Nunca se animó.

En el complemento, Troglio decidió cambiar cosas muy rápidamente. Varió su ataque, intentó darle más agresividad a su mediocampo y tuvo resultados porque el Bichito le dividió la posesión de la pelota a Independiente. Solamente eso porque atacó tarde. En ese trámite, Silvera consiguió llegar con peligro y metió un cabezazo en el palo de Navarro como muestra. Con Romero en el ataque, Argentinos fue a buscar el empate y estuvo cerca. Un cabezazo de Torren que sacaron en la línea y una salvada providencial de Gabbarini ante Fabio Escobar pudieron haberle dado una igualdad que tal vez no merecía.

Independiente encontró algo de paz y un poco de fútbol sin que le sobren demasiadas cosas. Sacó mínima ventaja pero la serie no está definida y para avanzar en la Sudamericana tendrá que levantar bastante. Ganó y eso es lo que le importa a su presente lleno de urgencias. El resto, puede esperar.