El único punto flojo que tuvo ayer la Vuelta de Rawson fue el previo, cuando los ciclistas debieron firmar planillas. Ocurre que había entrenadores que iban a abonar la inscripción de sus conjuntos que habían realizado el día anterior por teléfono y entre que los dirigente cobraban y otros tenían que buscar los ciclistas que tenían que firmar, se armó una confusión que conspiró contra la prolijidad de la prueba. Los corredores debieron dejar de calentar sus piernas sobre las bicicletas para esperar largos minutos de píe, al rayo del sol para confirmar su participación en la planilla que debía enviarse al seguro.
Algunos ciclistas rezongaron por la situación.

