Comenzó el Mundial de Rugby 2011, y lo hizo a lo grande. La ceremonia inaugural presentó un impactante despliegue y puesta en escena, que tuvo como tema central la división del cielo de la tierra, todo recreado con canciones maoríes explicando la historia del país, con danzas típicas, fuegos artificiales y efectos especiales que dejaron a las personas que presenciaron muy deslumbrados.
El foco que se buscó fue un viaje desde todos los rincones de la Tierra hasta llegar a Nueva Zelanda, con los equipos listos para la batalla por el premio final de rugby. Fue una imponente puesta en escena que duró media hora sobre el estadio Eden Park, de Auckland, de la cual participaron casi 1000 personas.
Tuvo a su vez un homenaje a Christchurch, la ciudad que fue víctima de un fuerte terremoto en febrero de este año y que le costó ser sede de la competencia. Además resaltó la presencia del legendario Jonah Lomu, ídolo local, por quien todo el estadio se fundió en un aplauso cuando apareció en escena

