La penúltima etapa de la Vuelta disputada con una temperatura infernal fue ganada por Maximiliano Richeze (Quick Steep-Floors). Al único argentino integrante de un equipo WTT (Worl Tour Team), lo escoltó el italiano Oliviero Troaia (UAE Abu Dhabi), tercero entró, en el embalaje del trío que logró coronar una larga fuga, el pocitano Nicolás Tivani (Unieuro Trevigiani-Hemu). En la clasificación general no hubo cambios, el holandés Bauke Mollema (Trek Segafredo) mantuvo la malla de líder.
Pocito, punto de partida y llegada de la etapa que visitó al paraje Difunta Correa, vivió una fiesta gaucha. Un bonaerense, de Bella Vista, que el 7 de marzo cumplirá 34 años y a un sanjuanino, cuya casa paterna está a 1,5 kilómetro de donde culminó el esfuerzo, quien el 31 de octubre pasado cumplió 21 abriles.
Con el triunfo de Maxi, el Quick Steep igualó al Orica en cantidad de victorias (4) en el año.
Los dos, junto al italiano Troia, fueron los únicos sobrevivientes de un corte en el que participaron 13 ciclistas, quienes con el correr de los kilómetros fueron mermando su número hasta llegar a nueve, que ‘bajaron’ la Cuesta de las Vacas y, con un trabajo coordinado estiraron la diferencia con el pelotón, donde viajaba Mollema, a poco más de 6 segundos.
Los 40,6 grados de temperatura que indicó el Servicio Metereológico se elevaron a 44 en las computadoras de los ciclistas, y llegaron a marcar 51 en los termómetros de los automóviles en la cima de la Cuesta de las Vacas.
El calor extremo motivó que el belga Tom Boonen, en representación del pelotón, solicitará al comisario general, el estadounidense Thomas Nee, que se aplicara el Protocolo de Condiciones Extremas del reglamento UCI.
Entendiendo que el pedido era lógico se decidió aplicar el Art. 2.2.029 del reglamento UCI que permite recortar la carrera para preservar la salud de los ciclistas por lo que se decidió no dar el giro previsto en Pocito y acortaron la etapa en 17,7 km, por lo que en vez de correrse 185,7 km se disputaron 168 km.
Al salir de Caucete el trío que llegó arriba se despegó del resto de los fugados: Rubén Ramos y Juan Molina (Selección Argentina), Manuele Boaro (Bahrain-Merida), Emiliano Ibarra (SEP-San Juan), Kasushige Kuboki (Nippo-Vini Fantini) y Omar Azzem (Esco-Agroplan).
Como el pelotón tardó en reaccionar y los que quedaron a ‘media agua’ no pudieron alcanzarlos, el embalaje se limitó a los tres fugados. Richeze era la fija. Troia podía partir antes y Tivani era la esperanza local.
El pibe se confundió y lanzó el embalaje demasiado largo y Maximiliano no perdonó, sepultó sus expectativas con una sprint formidable.
‘Esta etapa quería ganar’
Maximiliano Richeze Quick Steep-Floors – Ganador de la etapa
‘Estoy muy feliz de haber respondido a la confianza que me dio mi equipo con una victoria’, comentó Maximiliano Richeze, apenas arribó a la sala de conferencias de prensa. ‘El Maxi’, como le dicen todos en Argentina, dijo sentirse orgullos de haberse quedado con la victoria.
‘Esta etapa quería ganar, por lo que significa la Difunta Correa para nosotros’, afirmó quien luego explicó que la idea de la gente del Quick Steep-Floors era salir a buscar la etapa en fuga.
‘Me autorizaron a que saliera a enganchar cualquier fuga que se diera, lo hice y tuve la fortuna que pudiéramos arribar a la meta escapados’, contó.
Admitió que su función es la de ser lanzador y agradeció una vez más la posibilidad que le dieron el entrenador Davide Bramati y sus compañeros de salir ‘jugarse’ por la etapa.
Luego explicó que el último corte donde quedaron los tres se dio por un ataque suyo. ‘Algunos dejaron de tirar y nos habían acortado distancia, por lo que decidí probarlos y quedamos con Tivani (a quien felicitó y dijo que era el futuro) y Troia’, completó visiblemente cansado después del gran esfuerzo realizado para consolidar la fuga.